martes, 5 de enero de 2016

Faustino Desinach Comentarios Generales Sobre la Obra Literaria y Fotográfica 2016



Faustino Desinach 

Premio Nacional de Fotografía 1996

Premio Nacional de Literatura 2011

Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica




Comentarios Generales
Sobre la Obra Literaria y Fotográfica 2018


 Faustino Desinach Comentarios Generales
Sobre la Obra Literaria y Fotográfica








Perturbados
Novela

 Editorial Escritores y Fotógrafos Contemporáneos


Escrito en forma vehemente, Perturbados es el relato atroz de Yahaira; una mujer encantadora e inteligente. 

Es una chica audaz, aunque a veces parece superficial. 

Sabe jugar sus cartas en la sociedad mojigata que le ha tocado vivir.

Como todos, además de su cara bonita, carga una sombra que la arrastra de vez en cuando a la memoria álgida y gris de su infancia.

La novela está escrita desde la voz de una mujer.  

Es una historia de abuso, dolor, hipocresía y esperanza. 

La máscara y la sombra de Jung. 

La máscara hermosa, que todos anhelamos mostrar para ser exitosos; y la sombra oscura e inadaptada, que aprendimos a esconder en el inconsciente, desde tiempos inmemoriales.

Casandra no es una sombra cualquiera. 

Casandra es el alter ego omnisciente. 

Ella conoce a Yahaira, y a su amante: un delincuente.  

También representa a las tinieblas de su violador, y al silencio de su madre. 

Casandra sabe que pasó, quienes fueron los responsables de sus heridas inexorables, y por supuesto, también conoce el futuro. 

Ese más allá que Yahaira teme enfrentar.

Claro que Yahaira sabe de la maldición de Casandra. 

Nadie le cree, a pesar de estar segura de sus visiones. 

Ha vivido todos estos años negándole un espacio en su bonita vida maquillada, no está segura de que sus recuerdos sean verdaderos; sin embargo, no está dispuesta a ser parte de la estadística de femicidios, que ya es epidemia en la Costa Rica del siglo XXI.

Reconciliarse con Casandra, podría significar su liberación.

Perturbados, es  un título inquietante para una novela corta, que llama a descubrir la doble moral de las familias de “buenas costumbres”, que nos gusta mostrar en sociedad. 

Está narrada en dos documentos: uno es la novela en sí, el otro es una exposición de fotografías en blanco y negro, donde sale a la luz el discurso paralelo de Casandra, sombra junguiana de las mujeres y hombres que caminan enajenados por las calles de San José, y regresan a los lugares que algún día significaron algo importante: la casa paterna, la iglesia, el parque o el teatro.

Perturbados, continúa  las letras oscuras que el autor nos mostró en Perversos (2015) y Crimen y Lujuria (2017).  

Realismo sucio narrado en lenguaje cotidiano, que se convierte en una bofetada de aire limpio, para los que se exponen a  respirar la verdad.

Esta novela sigue un derrotero tenebroso necesario; que intenta dar voz a las víctimas que nadie escuchó, y a las que nadie creyó, cual Casandras malditas por Apolo.

Las fotografías de Casandra fueron hechas por Desinach, exclusivamente para ilustrar el texto de la novela. 

La muestra completa, estará expuesta en la Biblioteca Nacional a  partir del 22 de junio.


Dra. Rosario Burgos, docente universitaria.



















La  literatura de Faustino Desinach es fragmentada, atemporal, nostálgica, polifónica, capítulos cortos, reducidos breves,  casi  amputados, directos, esenciales, punzo cortantes, pero llenos de realismo sucio y cotidiano, se alimenta de paradas de buses, 
los viajes en trenes, mercados, moles, hospitales, barrios citadinos, al final hilados por la ambientación de personajes solitarios,  decadentes, neuróticos, y marginados.

Relatos salvajes

Dividido en cinco relatos, este libro retrata muy bien las distintas perversiones de la sociedad contemporánea.

by Adriano Corrales Arias  Ago 10, 2016

PERVERSOS

Perversos
Faustino Desinach

Relatos
Terbi editores


Dividido en cinco relatos, este libro retrata muy bien las distintas perversiones de la sociedad contemporánea. Con un ritmo trepidante y un lenguaje directo, el lector se enfrenta, de entrada, con cinco historias que le enrostran la violencia institucional y emocional incubadas en una posmodernidad cada vez más atroz.

El título del libro proviene del primer relato, Perversos. Le siguen La cueva de Floyd, Conversación con salmones blancos, Amores santos y El fiscal asesino. En una verdadera copulación de géneros (teatro dentro del teatro en Conversación con salmones blancos, relatos dentro del relato, etc.) y con personajes que provienen de la calle, de la iglesia Católica o del circuito judicial capitalino, el autor desnuda la doble moral y la inmundicia que se ceba en las instituciones y los hoyos negros de la ciudad.

Al duro y sin guantes (“relatos salvajes” los denomina el autor) y dentro de ese registro que muchos, tal vez un tanto descaminados, llaman realismo sucio enmarcado en relatos negros o policiacos, Desinach demuestra, sin pudor, que la literatura está hecha con vísceras y líquidos vitales: Pablo Morfo camina entre lujuria y crimen; un sacerdote se explaya en el masoquismo con Raquel, un trans que pasa de varón a mujer y que fuera sodomizado por aquel; una oficinista es sometida a los bajos instintos de un fiscal de la República, criminal confeso.

Todo lo anterior transita por sitios comunes de la ciudad (sodas, restaurantes chinos, bares, oficinas burocráticas, moteles, etc.) y con personajes corrientes (parteras, estudiantes, oficinistas, sacerdotes, fiscales…). Por supuesto, esa aparente realidad esconde los bajos fondos de la ciudad donde se cometen los más atroces crímenes y se desnudan las vivencias perversas de personajes que se presentan como “ciudadanos decentes”, pero en privado dan rienda suelta a sus más salvajes instintos. Todo ello con el corte de líneas de droga y de cruces y cocteles alcohólicos.

Lo que llama la atención es el punto vista de una narrador omnisciente que a veces se torna protagónico y, sin decir agua va y con cámara al hombro, pasa de una situación a otra con una literalidad y linealidad de tiempos y espacios pasmosos, sometidos a su prolífica y alucinante visión de auténtico cuentahistorias. He aquí un realismo tropical que bien podríamos denominar como sucio a la tica.

Faustino Desinach, desde su largo oficio de fotógrafo, nos presenta cinco cortos cinematográficos de una realidad episódica y trepidante donde del poder, el sexo y el crimen adquieren notoriedad abrazados en la danza macabra de una época signada por el mercado y la lascivia de la oferta y la demanda. Es decir, en una sociedad global y periférica donde todo se corrompe, porque todo, absolutamente todo, se convierte en mercancía.

Adriano Corrales Arias

http://semanariouniversidad.ucr.cr/suplementos/relatos-salvajes/




“PERVERSOS”


Comentario por: Mario Zaldívar, escritor.

La palabra SEVICIA  significa crueldad extrema y con ese término se defiende  el idioma para informar a los ciudadanos, acerca de los crímenes y otros sucesos que acontecen en nuestros barrios y ciudades; sin embargo, los periodistas no usan esa acepción,  aunque las escenas que narran están cargadas de horror.

Existe un peldaño superior a la sevicia: la agresión sexual; lo que podríamos clasificar como “sevicia sexual”. Ya el divino marqués de Sade se había ocupado de estas prácticas y los sicólogos lo encumbraron a la gloria de pionero de la disciplina, al lado del magnífico Sigmund Freud.

Entre Sade y Freud explican más la conducta humana que cualquier academia en pleno, con énfasis en el comportamiento sexual de la raza humana y sus desviaciones.

Al hablar de desviaciones hay que tomar en cuenta los valores morales, religiosos y familiares de cada sociedad, pues lo que puede ser aceptado en África bien podría llegar a ser reprobable en Europa o en América.

A pesar de esas singularidades culturales, esos dos tipos – Sade y Freud – aportaron al conocimiento del ser humano algunas cosas invaluables.

Tan solo los escritores se acercan a estos monstruos de la conducta humana, porque el escritor trabaja con la imaginación y con ella puede llegar hasta los confines de lo posible y lo imposible. No en vano, Sade y Freud también escribieron mucho.

Cuando un escritor como Faustino Desinach elabora una novela llamada “Perversos”, está trabajando a lomos de lo que Sade y Freud escribieron tiempo atrás; no obstante, existe un filón literario aún más comprometido con el legado del francés y del austriaco: la ficción de la  perversidad sexual.

Quien se haya informado acerca de este tópico, sabe que la actividad sexual ejercida en la infancia pervive para siempre y actuará sobre la conducta sexual del adulto; además, cuando esa actividad sexual es perversa, las consecuencias son prácticamente incalculables y de ahí resultan los agresores, violadores, psicópatas y asesinos de toda laya.

Cualquier analista o crítico literario sabe que cuando el escritor se adentra en este terreno, está pisando el territorio más complejo de la naturaleza humana y conforme a ello, debe medir sus pasos con suma cautela, comenzando por el uso del lenguaje, el cual debe apegarse al tema con la crudeza que exige el desarrollo de los acontecimientos.

Flaubert trató la fogosidad sexual de Madame Bovary  con suma elegancia; siglo y medio después ese vocabulario está totalmente superado.

Desinach utiliza un lenguaje descarnado, como descarnada es la realidad que viven sus personajes, envueltos en las agresiones más brutales.

Es posible que muchos lectores estén en desacuerdo con el lenguaje directo de novelas como Perversos, pero lo que nunca será reprobable será la honestidad del escritor, quien apuesta por la coherencia entre los hechos y el lenguaje.


El subterráneo vivencial de los individuos. 

Todo ser humano lleva consigo un mundo subterráneo que se niega a revelar; esa es la materia prima de la literatura y a la vez, la piedra filosofal de los sicólogos; es decir, la zona fundamental que explica el comportamiento de los hombres y las mujeres.

Hurgar en esa “ciénaga”  es la labor del amanuense que busca la explicación de nuestros actos más auténticos.

Las personas que se jactan de poseer una existencia novelable deben estar pensando en su subterráneo vivencial, ya que solo unos cuantos están llamados a ser héroes, mártires, genios o descubridores.

Quizás en la mayor parte de los seres humanos, solo su subterráneo vivencial tiene valor literario; el resto es monotonía y sumatoria de tiempo sobre tiempo.

Faustino se ha colado en las aguas negras de varios personajes: Julio César, Raquel, el fiscal y su amante, el sacerdote, la madre y la tía de los primeros y hasta el mismo autor se revela en fragmentos de cada uno de ellos.

El coraje del autor es admirable puesto a prueba ante un argumento duro y exigente.


Puro realismo sucio.

El marqués de Sade creó una escuela literaria que no es estilo, es crudeza y sinceridad; Freud – para mi gusto – es más interesante como escritor de ficciones que como sicólogo.

Sade  fue vasto en la descripción de sus aficiones sexuales; Freud  especuló con temas inéditos como la sexualidad de los niños y el deseo carnal por la madre.

Los dos exploraron asuntos espinosos e inéditos y el tiempo los consagró como pioneros en la comprensión de la materia más oscura  de sus congéneres.

Los novelistas que se aventuran en los derroteros que iniciaron Sade y Freud saben que aún en los tiempos que corren, se verán ante duros problemas antes de ser comprendidos y aceptados, mucho menos esperar reconocimientos.

Los escritores como Faustino Desinach carecen de autocrítica moral, lo que en otros autores significa autocensura y limitación de la libertad creadora y en ese proceso, es necesaria una cuota extraordinaria de coraje.


Eso se percibe en la novela Perversos.

Al escribir esto me siento relevado de afirmar que la obra es buena o mala, recomendable o espernible, moralista o depravada, culta o popular. Lo que sí cabe decir es que es saludable  leer novelas originales que se salen de la norma, del promedio, y se deslizan por la cuerda floja que la mayoría se empeña en evadir.

Es importante rescatar un hecho fundamental de la novela Perversos: al menos uno de sus personajes se salva a pesar de la sevicia sexual que sufrió en su niñez: Raquel.

Este hermafrodita trasciende la problemática, elige un destino superior, invierte voluntad y recursos en  sus objetivos y se lanza a la conquista de un futuro mejor.

Triunfa por su temple y limpia su horroroso pasado, lo cual contiene una altísima dosis de calidad en el mensaje literario.

Solo por esto la novela ya es digna de leer.

Dentro del entramado general de la novela, existe la sevicia sexual como telón de fondo; al lector le corresponde hacer el trabajo de disección, para rescatar lo positivo entre el pavor que rodea a todos los hombres.

Mario Zaldívar
13 diciembre 2015.




A manera de Nivola

Escribir alrededor de una obra de un hermano escritor no es fácil; a veces se nos enreda el alma.  Cuando Faustino ubicó la primera página de su novela cerca de las teclas de la máquina de escribir, de seguro ni por asomo, tenía en la mente el consejo de don Miguel de Unamuno, Rector en la universidad de Salamanca. Esa mañana, al asomarse a la entrada de esa casa madre de la sabiduría, observó que ingresaba un hombre. 

En ese instante sintió, cayó en la cuenta de que ese que  le venía a buscar a la rectoría, era un personaje de novela; y más, de  una novela que él no deseaba escribir. Es la forma en que don Miguel de Unamuno inicia el encuentro en la novela Niebla.

Faustino al igual que don Miguel, está condenado a la desgracia de escribir esta novela.  ¿Acaso escribir una novela constituye una desgracia para su autor como escribe Unamuno?

Este libro es la historia de un niño que colecciona  cosas y sueños. Era Tony Fernández un niño coleccionista, en la misma forma en que el autor de Platero y yo coleccionaba mariposas.

Este niño, Faustino, no era en sí un coleccionista de chuncherejos; sin saber el destino que la vida le deparaba, coleccionaba parte de su propio corazón. Vida de su vida.

Es aquí donde Faustino se adentra en las páginas de una novela, es de recordar (nos lo dice Mark Twain, describiendo los grandes ríos sureños, donde él pasaría apresado como un alga) que Faustino es un Séneca de una modesta República, que posee lo mismo que algunas grandes naciones; solo que a estas últimas les fue necesario derramar ríos de sangre.

Las islas griegas perdieron parte de su estirpe para poseer el mar. Faustino habita en una nación tan pequeña como el grano de un frijol colorado en la conciencia de las naciones, sin embargo, es dueña de dos mares seleccionados por la ira de Dios.  ¡Lástima que a sus nacionales no les importa nada! Nada de nada.

Faustino hurga en el alma humana para darnos una novela.

Su libro está henchido de lugares comunes, que su personaje  el niño de la novela, no ha de olvidar jamás.

He aquí el libro que Faustino jamás soñó en escribir: “Efectos personales”.

Un mal título para una buena novela. Faustino nos da una vida (suya, mía, tuya) sin pensar lo que está narrando.

Este creador literario se empeña en hacer que una verdad renazca en nuestro pensamiento y encuentre cobijo al lado del corazón.

¡Ah!, es que también es un requerimiento analizar cómo escribieron sus obras Carlos Luis Fallas y Eunice Odio. En la misma forma este escritor Desinach, nos da un ejemplo de luz entre sus páginas hasta dejarnos como Unamuno un libro no deseado, empero, tenaz, bello, peligroso y con un sabor de sal de azúcar. ¿Es que existe la palabra “saldeazúcar”?

Faustino nos dice que sí… y si él lo dice pues nada,  hay que orientar nuestra carta por tal sendero.

Cada escritor es un sabio fracasado. Todos, y no existe uno que no lo sea así.
Una novela bella, angustiosa, un tanto mefistofélica y de esas entre cuyas páginas no importan los recursos del escritor. Se justifican los medios, pues ya ha nacido una novela.
Una novela para reír cuando el escritor ríe, para llorar cuando el escritor llora, o todo junto. Excepto la indiferencia.

Faustino, para escribir esta novela, ha tenido por fuerza que hacer un tornado a su vida de niño, de joven, de casi viejo. 

Escribir que es el único oficio que el artista se ve obligado a vivir.

Hemos terminado de leer el libro de Faustino. Es Unamuno desde los ventanales de la rectoría en la Universidad de Granada quien nos hace la referencia, el dolor de miel y sal al escribir un libro. Puede que sí.

No hemos tenido culpa al leerlo. Los efectos personales son cosas que seguirá viviendo su autor, Faustino Desinach.


Por: José León Sánchez, escritor.
Sobre la novela Efectos personales
Del autor: Faustino Desinach









Los personajes del escritor Faustino Desinach
 Comenta el escritor Juan Ramón Rojas

Faustino Desinach ganó el Premio Nacional Aquileo Echeverría de cuento con Balada clandestina (2011). Esta obra fue publicada nuevamente por la Editorial Costa Rica en el 2015.

Balada Clandestina es parte de una considerable producción literaria (narrativa y poesía) de este autor, cuya vida profesional ha estado más inclinada al lado de la fotografía, disciplina en la que también ha recibido merecido reconocimiento y participado en diversas exposiciones, dentro y fuera del país.

Su más reciente producción, Perversos, es una colección de relatos en los que vuelve, como en otras obras anteriores, a los personajes que se mueven en una realidad cotidiana difícil, en un mundo sórdido, en un estilo narrativo sobrio y sin rebuscamientos, que se ha denominado “realismo sucio”, nacido en Estados Unidos en la segunda parte del siglo pasado y que Desinach ha sido practicado en Costa Rica.

En narrativa es difícil hablar de estilos puros. Se puede hablar de un eclecticismo, aunque al final predomine un estilo determinado. Claro es que no siempre la o las teorías se ajustan a la realidad del relato presente en las obras.

En este caso, son personajes con una vida escabrosa en la búsqueda de una felicidad siempre esquiva o, cuando menos, dudosa, en la que el éxito y el fracaso, el sexo y el abuso se complementan en un “bajo mundo”.

Es posible, por lo tanto, que podríamos estar hablando de “realismo sucio”, tal como lo han definido algunos autores.

Junto a sus volúmenes de relatos y de poesía, Faustino Desinach tiene una novela, Efectos personales  (2009), que también se podría ubicar dentro del “realismo sucio”, con todas las anotaciones que se le pueda hacer a este concepto (como dijimos antes), que se desarrolla en un triángulo geográfico entre “Vesania”, país imaginario presente en alguna parte de su obra, Cuba y Nueva York.

En Perversos (Ediciones Terbi 2015) se entrecruzan escenas y personajes con Balada Clandestina, por ejemplo, como el sacerdote sádico, la Tía mala, Pablo Morfo y otros, que por se mueven en un mundo de marginación, a veces diabólico, como el hermafrodita que recibe comprensión y apoyo de su hermano solidario, pero que sufre la perversidad de un sacerdote josefino que no se guarda nada en sus insaciables y crueles instintos.

Antihéroes, no convencionales en público. Digamos no “normales”, aunque también se podría concluir que son la norma en una sociedad excluyente, mojigata y represiva socialmente.

Con una vida privada que jamás nos atreveríamos a aceptar como digno comportamiento público.

Escondemos nuestras miserias y perversidades debajo de la alfombra o, si pudiéramos, en una caja fuerte y haríamos desaparecer la combinación.
Junto a ese país imaginario, Vesania, también es frecuente tropezar con lugares que igualmente se repiten, como el Bulevar de los Infieles, tanto en Balada Clandestina como en Perversos y en su obra poética.

Entre sus títulos de este más reciente libro, están “Perversos”, “La Cueva de Floyd”, “Conversación con salmones blancos”, “Amores Santos” y “El fiscal asesino”. En esta última, que ocupa casi la mitad de sus 150 páginas, se puede tropezar con referencias muy concretas de un sonado caso que sacudió la opinión pública, hace unos años, y que ocupó titulares y páginas en periódicos y acogido con grandes espacios en los noticieros de televisión.

Las de Faustino Desinach no son historias o personajes grandilocuentes. Son personajes reales con sus vidas truncadas y amores fracasados, como suele suceder, cargas que llevan con envidiable estoicismo. Personajes que se mueven en el límite entre la sobrevivencia y el abismo.

Abusados, marginados, excluidos, son quienes pueblan su obra y que están presentes en Perversos. Son quienes realmente han conocido el infierno en la tierra.

Como dice un personaje de Efectos personales: “Porque solo hay dos maneras de conocer el infierno: una es cuando sales a buscarlo y lo encuentras. La otra es cuando creces ahí dentro y convives en él”.

Estos personajes han crecido dentro de este infierno y Desinach los hace emigrar y nos lo presenta con toda su crudeza y realismo posible, tal vez como no quisiéramos que lo hiciera.

Escritor y periodista  Juan Ramón Rojas
 26 Diciembre 2015






Sinopsis de Perversos
novela fragmentada en relatos 
Estos relatos salvajes están basados en testimonios de viajes a los bajos y oscuros recodos del poder, el sexo y el crimen.

Secretos compartidos al oído de Pablo Morfo por Raquel, su amigo de infancia, quien fuera sodomizado por un sacerdote de la comunidad.

El narrador las escribió febrilmente, mientras recorría bulevares y aceras de la geografía del circuito judicial capitalino.

Pablo Morfo visita las escenas en cada esquina de la ciudad donde se cruzan la lujuria y el crimen, para recrear historias cotidianas que permanecen en la memoria colectiva de la sociedad actual.

En cada relato el autor nos recuerda que la violencia emocional ocurre, independientemente del género o el modelo de relación.

En el último relato se recrea uno de los crímenes más atroces conocidos en nuestro país, donde la víctima – en este caso una mujer – fue sometida a los bajos instintos de un fiscal de la República.








Comentario
Presentación del nuevo libro de Faustino Desinach: 
Balada Clandestina
Lunes, 01 de Agosto de 2011 18:56 | Escrito por Jorge Zúñiga C. / Zalonso89ster@gmail.com |  |  | Actualizado (Lunes, 01 de Agosto de 2011 19:17)
http://www.clubdelibros.com/component/content/article/1-contenido/733-actividad-anterior-presentacion-del-nuevo-libro-de-faustino-desinach-balada-clandestina.html

El viernes 29 de julio a las 7:00pm se llevó acabo la presentación del nuevo libro del escritor y fotógrafo costarricense, Faustino Desinach, titulado: “Balada Clandestina”, en el Colegio de Ingenieros y Arquitectos, lea aquí más sobre esta presentación:

Como dicen por ahí, “gracias a Dios, es viernes”, ¡para algunos!..., otros ese viernes se vio lleno de presas y buses repletos de trabajadores que volvían cansados luego de una semana ardua de trabajo. De presa en presa se llegó a Curridabat propiamente al Colegio de Ingenieros y Arquitectos donde se presentaría el escritor costarricense, Faustino Desinach, “Balada Clandestina”.
Con un público muy selecto se dio por iniciada la actividad a las 7:35pm con palabras del escritor y abogado , Jorge Méndez Limbrick, Premio Nacional Aquileo J. Echeverría 2010 en novela, el cual dio una breve explicación del libro, mientras, todo el auditorio reinaba un silencio donde solo los ruidos claros de las cámaras de fotos rompían ese silencio.
Reviviendo la lectura
Sin duda alguna la presentación de este libro sirvió para dos cosas, una de ellas fue la presentación de un libro el cual no tenía nada que ver con ingeniería, mas bien era un cuento-novela, y la otra fue que para el director del colegio, el Ingeniero Miguel Golcher Valverde y otros ingenieros presentes, fue como volver a revivir la lectura, ya que por su profesión no habían contemplado al máximo su arte de leer. “Creo que con este libro me trajo de nuevo a la lectura, pienso que es un muy buen libro, y cuando lo comencé a leer no pude parar” dijo Miguel.
Luego de la presentación del libro y además de ofrecer a los visitantes un espectáculo de danza a cargo de, Danza Estudio Creativo, se procedió a una recepción en donde se compartió con los presentes un refrigerio y las ya famosas firmas de libros.
Al acercarnos y consultarle al escritor sobre la presentación del texto y otras cosas más, Desinach agradeció la presencia de Club de Libros por el aporte de impulsar la lectura, no así fue el agradecimiento al Ministerio de Cultura y Juventud a quién el autor dio un fuerte jalón de orejas, ya que el Ministerio debería estar en presentaciones como estas, “Pienso que ustedes como entidad de cultura y otras más dedicadas a esto, hacen el trabajo que el Ministerio de Cultura debe realizar, se debería tener una casa cultural para nosotros, en otras palabras, el Ministerio de Cultura es una burocracia”, dijo.
También nos contó lo difícil de combinar la fotografía con la escritura, “se dan muchos sentimientos encontrados, me apoyo tanto en la fotografía como en la literatura, lo que no puedo escribir lo hago en foto, y lo que no puedo fotografiar lo hago en literatura” comentó. El escritor Jorge Méndez Limbrick comentó, “el libro posee un realismo sucio, hacia un concepto norteamericano, a efectos especiales es un tipo de literatura muy diferente”.
Al ser las 9:40pm la actividad llegaba a su fin, emprendía el regreso entre bares y la fría noche de un viernes que el único calor, era la fiesta. En el regreso rumbo a una ciudad tipo clandestina, nos topamos algunos romeros fieles a la caminata, yo simplemente escuche esa noche una “Balada Clandestina”.
Escrito por Jorge Zúñiga C.






Faustino Desinach vuelve con texto clandestino
MARTES, 02 DE AGOSTO DE 2011 12:58
ESCRITO POR EDUARDO MUÑOZ (PERIODISTA.EDUARDOMUNOZ@GMAIL.COM)

Con “Balada clandestina”, el escritor y fotógrafo Faustino Desinach continúa con su obra enmarcada en el relato urbano josefino.
Con un estilo directo, Desinach suma un activo más a su realismo sucio, como le han llamado a aquel texto minimalista que con pocos recursos idiomáticos construye sus relatos y el universo de sus personajes. Como él lo ha dicho anteriormente, “le gusta decir las cosas como se dicen”.
Presentado el pasado 29 de julio en el Colegio de Ingenieros y Arquitectos, el libro irrumpe en el escenario literario con la historia de Vinicio y Berenice, cuyas vidas se entrelazan para entremeterse entre el protagonista y sus vivencias, que muchas veces rayan en alucinaciones psicóticas que lo atormentan.
La presentación estuvo a cargo de Miguel Gólcher, presidente del citado ente colegiado,  Laura Somarribas y Jorge Méndez Limbrik.
En dicho acto, el grupo Danza Estudio Creativo, dirigido por Isaac Alemán, presentó un espectáculo inspirado en el primer relato de la obra, llamado “Mi Berenice”. Las fotografías, que se mostraron de fondo, eran imágenes surrealistas de saxofones realizadas por Leo Troz.
NOVELA SUCIA O RELATO BREVE
La novela “Balada clandestina” presenta a un personaje que, tras una incesante búsqueda de lo que es verdaderamente esencial para su vida, tropieza con la humanidad de Berenice. La mujer se convierte en su obsesión, al punto de que su rumbo cambia para procurar cada día un reencuentro con la errática aparición de ella, que camina como el viento en una tarde de diciembre.
“Me parece que debe escribirse de lo que se conoce y de uno mismo cuando son interesantes los movimientos que están alrededor. Y en la obra, juego con el desdoblamiento de uno mismo y los del otro lado. Además, el personaje central también tiene su parte de femineidad; es una licencia pura directa y única del narrador. Es algo fuerte, pero era necesario”, agregó el escritor.
Por la manera que está construida la narración, “Balada clandestina” no cabe en un solo género. “Se puede leer como un libro de cuentos independientes o como una novela, porque el hilo conductor de los personajes así lo permiten y, por otro lado, se logra mantener dentro de realismo sucio”, dijo Desinach.
 “La estructura narrativa del libro es simple; por eso se emparienta más al relato que al cuento clásico, de la pincelada, sin ahondar en detalles ni polemizar  acerca del bien o del mal. Es una literatura -hasta cierto punto- descriptiva y de un narrador omnisciente, que no toma partido de los hechos narrados”.
 “Nos acerca a mundos no imaginarios, sino muy reales de la violencia, la prostitución, el sicariato, el tráfico de estupefacientes, en un lenguaje minimalista. Son relatos que nos hacen un llamado a la reflexión y que el autor  -no por ello- con un fino humor nos hace un guiño desde la primera hasta última página”.
Faustino Desinach ha escrito los poemarios que él mismo denominó el cuarteto obsceno: “Itinerario sexual”, “Coffee – sex”, “El bulevar de los infieles” y “Puerto de pasiones”.
En 1996, obtuvo el Premio Aquileo J. Echeverría por su obra “Primero de Mayo–Cuba 1996”. En el 2009, publicó su primera novela “Efectos personales”. “Balada clandestina” estará a la venta en la Librería Universitaria (de la Universidad de Costa Rica) y en el sitio en Internet de Librería Legado.
http://www.semanario.ucr.ac.cr/index.php/noticias/cultura/4221-faustino-desinach-vuelve-con-texto-clandestino.html





Balada Clandestina
Por: Montserrat Doucet
La balada, de transmisión oral, era una composición muy antigua  usada por los juglares en la época medieval y que, con un lenguaje muy sencillo, narraba a historia de gente común y corriente: presentaba acción dramática, diálogos, amor, dolor y emociones. 
Balada clandestina, la balada secreta del fotógrafo, poeta y narrador Faustino Desinach, comienza con una interpelación al público al más puro estilo juglaresco y no abandonará este tono a lo largo de las veintidós historias que constituyen el libro, en las que el dramatismo, el amor, el dolor, las emociones, se desbordarán hasta situar a la obra dentro de ese denominado realismo sucio cuyo padre –señalado así por Bukowski-, allá por los años 30, fue el escritor John Fante.

            En Balada clandestina la acción se nos presenta como si sucediera delante nuestro, una serie de fotografías en las que será el ojo del lector - y no la cámara-  quién deba construir la historia, hermanado, así, el relato con la Historia del Ojo de Bataille.
 Porque Desinach nos regala sus historias cotidianas sin cerrar, con un lenguaje sencillo y un mínimo de recursos estilísticos, influidas por el realismo sucio de factura norteamericana; la obra cuenta, además, con la originalidad del mundo que refleja y en el cual se ubican los relatos: un país de la América latina donde las raíces indígenas permanecen bien presentes. El ámbito mágico que trae consigo la lluvia, por ejemplo, rinde tributo a la herencia hispanoamericana.

            El amor en la distancia de Vinicio y Berenice –una unión ancestral que se vive en presente-, los “siete muertos” que acompañan al protagonista, los niños abandonados, el cementerio, Sor María Romero, las prostitutas  adolescentes, un clérigo travestido, varios sicarios, la fotografía de la madre, el policía proxeneta, Beatrice, dos cocodrilos, la coca, la guija, el océano Pacífico como bello mar de fondo, los profanadores de tumbas, los sueños de Vinicio del Gato, los fotógrafos de la playa, el asesinato de la “Tía Mala” a manos de dos menores, el pastor que frecuenta prostitutas de doce años, la toma de París, Madeleine…
... todo ello va cobrando forma en las páginas de forma sencilla y directa, salpicado por la peculiar sintaxis del protagonista y también narrador de la mayoría de las historias: Vinicio del Gato que, con su gorra de pelotero y sus seis dedos en cada pie, encarna simbólicamente las dos Américas y encadena al realismo sucio con el realismo mágico. Faustino Desinach siempre ha dicho que su relación con la fotografía es de absoluta fidelidad, mientras que su relación con la escritura es como la de una amante. Fidelidad y pasión: precisamente eso, es lo que el lector encontrará en esta Balada clandestina.
Montserrat Doucet
En Aranjuez Madrid, España , 10 de marzo de 2011





Enmarcados en el REALISMO SUCIO los relatos de Faustino Desinach  forman parte de la llamada NOVÍSIMA LITERATURA COSTARRICENSE.
Por:  Jorge Mendez Limbrick, escritor
Pero, ¿qué es el “realismo sucio”? El realismo sucio en pocas palabras lo podemos definir como: una corriente literaria surgida en los Estados Unidos de Norteamérica en los años 70 y 80 del siglo pasado.  Se trata de una literatura “minimalista” en donde el autor con el menor número de elementos idiomáticos va construyendo su narración y su mundo.

Por lo general su temática es una temática descarnada, “de los bajos fondos”, una temática “visceral”. Aunque también encontremos elementos mágicos y fantasmales y a veces se atisben la esperanza y el amor.
Asimismo, los autores de esta tendencia literaria prefieren que el “entorno” narrado sea el sugerenteantes de describir emociones y que su autor en BALADA CLANDESTINA lo hace a cabalidad.

Su estructura narrativa – la de BALADA CLANDESTINA-  es simple por eso se emparienta más al relato que al “cuento clásico”. La estructura de “Balada Clandestina” es del relato corto, de la pincelada sin ahondar en detalles ni polemizar  acerca del bien o del mal. Es una literatura – y hasta cierto punto- descriptiva y de un narrador omnisciente que no toma partido de los hechos narrados.

BALADA CLANDESTINA está estructurada en 5 partes: “Relatos. Primera parte. Berenice y que a su vez se subdivide en los relatos: Migraña. Fatiga. Ultima noche.”  El personaje principal de RELATOS, está caracterizado por ser un personaje apático que no espera sorpresa ante la realidad que lo rodea. Lo único que lo mantiene “a flote” es el amor a Berenice.
Es cierto que esta primera parte el lector se encontrará con cierto aire melancólico y poético como la escena de la danza de los paraguas ante la lluvia pero,  no por ello el autor - conocedor de los conceptos de realismo sucio- se apartará de esta corriente literaria.

La segunda parte del libro: “Los niños y la tía mala”.  Desinach con una fina psicología entra a ese mundo infantil de crueldad y violencia pocas veces narrado en nuestra literatura nacional. Los relatos: “Cementerio”, “La tía mala”, “Barrio México”, “No hay otra opción”, “María motetes”, son relatos descarnados y crueles pero, al mismo tiempo no dejan de ser narrados con cierta jocosidad por el autor como es el relato de “No hay otra opción”.

La tercera parte del libro: “El gran escape”  está formado por los relatos: “Una mujer sobrevuela el corazón de un hombre”, “Campamento”, “Hay alguien más”  que siguiendo los lineamientos del realismo sucio abarcan varios temas: desde las relaciones de pareja hasta el tráfico de estupefaciente en las playas.

La cuarta parte del libro que se titula: “Cocaína”  forma los relatos: “Sicarios”, “Berenice”, “Esquina cantarrana”,  “Par de perras”, “Conversación con cocaína”,  “Travesti”, “Salimos de pesca”, “Los tigres del norte”. De temas variados desde el relato violento del sicariato (hechos públicos y notorios)  hasta el mundo de los travestis (en ocasiones tapado por una sociedad mojigata) el autor expone el tema con franqueza e ironía.

La quinta parte del libro Baladas pendientes, está formado por los relatos: “Con forma de gato” y “Vidas pasadas” al igual que todos los relatos del libro BALADA CLANDESTINA son relatos de humor negro el primero y de sorpresa el segundo.

BALADA CLANDESTINA  es un libro de relatos que nos acerca a mundos no imaginarios sino muy reales de la violencia, la prostitución, el sicariato, el tráfico de estupefacientes en un lenguaje minimalista. Son relatos que nos hacen un llamado a la reflexión y que el autor  - no por ello- con un fino humor nos hace un guiño desde la primera hasta última página.
Por:  Jorge Mendez Limbrick, escritor
26 de marzo del 2011.




EL  ESCRITOR  Y  SU  CIUDAD
EFECTOS  PERSONALES.  NOVELA
Por: Mario Zaldívar, escritor.

Alguien dijo que la novela de Faustino Desinach se encasilla es algo que va tomando forma bajo la categoría de “Realismo sucio”, lo cual me parece bastante acertado si tomamos en cuenta sus antecedentes poéticos, donde ya se respira una atmósfera de corrupción, de lujuria, de injusticia y de pesimismo colectivo.
Para estos escritores el “espacio-ciudad” adquiere una trascendencia extraordinaria, que tiene antecedentes en la anónima New York de John Dos Passos, en la lujuriosa Habana de Cabrera Infante, en la mágica Macondo de García Márquez, en la fluvial Santa María de Onetti, en la sureña Yoknapatawpha de Faulkner, en la melancólica Buenos Aires de Borges o en la fantasmal Comala de Rulfo.

En todos estos casos, la ciudad y sus vicios-los vicios extremos sobre todo-influyen sobre el perfil sicológico de sus personajes y, desde luego, sobre el estado de ánimo del lector.

Cada lector podrá sopesar la relevancia de Vesania, nombre sospechoso de la ciudad de San José en la novela de Desinach, para reconocerse en ella e identificar a los personajes que merodean sus esquinas, a los delincuentes de cuello blanco, a sus curas ambiciosos y a los periodistas sacrificados por las balas de los sicarios. En el fondo, no es importante comparar a San José con las sagradas ciudades de la literatura latinoamericana del siglo XX; lo relevante es contribuir a delinear una identidad literaria de San José como tarea colectiva de una generación de escritores que quiere decir algo mediante los actores y características de la ciudad. En este aspecto la novela de Desinach aporta una obra interesante a la corriente del “Realismo sucio”, cuyo contenido ya requiere de un análisis más profundo.
MARIO  ZALDÍVAR, escritor







De los “Efectos Personales” a los efectos sociales
POR: Emma Durán Antropóloga / Arqueóloga  - UCR

Bien lo advierte al autor al inicio del libro, cualquier similitud con algún país en particular es solo un accidente.  Sin embargo, casi sin querer nos remite a lugares que alguna vez conocimos en los libros o en las fotografías de nuestros abuelos o sencillamente porque hemos estado en ellos.
Vesania, se nos hace un país donde los recuerdos aparecen como si fueran noticieros de la televisión o el periódico  y no podemos evitar creer que la historia del asesinato por sicarios del periodista Alto Voltaje y el uso irregular de los dineros de la estación Radio Maguita, dirigida por Profesor Conductor, fue noticia hace algunos años y que don Hombre Pescado,  mencionado en el libro, parece estar  cobrando vigencia actualmente.
Y como, si no bastara la corrupción en las entrañas de las instituciones que lideran, salta desde las mismas páginas del texto uno de los mayores crímenes humanos: la prostitución infantil y trata de blancas.
Es aquí, donde la reflexión en cuestiones relacionadas con la llamada decadencia moral y  la ausencia total de insensibilidad humana nos remite a una sociedad que parece estar en estado crítico, casi en coma y de la cual todos sus personajes son responsables.
            Probablemente, Vesania  siglos atrás, fue un país construido por gente que formó su identidad a base de trabajo, honestidad, lealtad y todos aquellos valores que suelen llamarse también reguladores culturales, cuya finalidad es la de construir una serie de relaciones armoniosas y simbióticas entre sus miembros.
Requisito indispensable para el proceso social que en forma de espiral crece en términos positivos para su bienestar. En general, estas sociedades humanas no están exentas de conductas que ante  nuevos códigos de comportamiento con los cuales muchos no estarían de acuerdo, terminan por legitimar actitudes que en aquellas épocas fueron castigadas severamente.
En qué momento esta espiral se tornó lúgubre, basta pensar que tal vez tiene mucho que ver con la gente que duerme en las calles, con los niños que piden limosna, con una educación en la casa y la escuela que ya no educa.  O quizás, con un sistema político y religioso putrefacto.
Corresponde a una subcultura de lo corrupto que es parte legítima de la cultura oficial o dominante,  la que se supone está regulada y debe funcionar adecuadamente para el mantenimiento del equilibrio de los componentes sociales.
Debe ser así porque de otra manera reñiría con lo establecido y supuestamente regulado por la religión oficial y el Estado.
De esta manera, ante el resto de la sociedad, la corrupción no es corrupción, la prostitución infantil fue un hecho aislado y fácilmente controlable, así como los demás padecimientos de Vesania.
Para Pablo Morfo y Tony Fernández, que más parecen ser dos perspectivas, y los demás personajes, su protagonismo en la novela los convierte en parte de una cultura colectiva inexplicable para la mayoría, en la  que cada uno de ellos se busca a sí mismo sin encontrarse, desperdigados entre sentimientos de angustia y frustraciones.
Con esta reflexión y contraviniendo lo recomendado por el autor, nos daremos la libertad de suponer que tal vez y solo tal vez, la delgada línea que divide la realidad de la imaginación ha desaparecido para llevarnos al convencimiento de que lamentablemente, son historias de todos los días. Y que corresponden a una Costa Rica que no reconocemos o nos negamos a hacerlo.
Emma Duran Mora






EFECTOS PERSONALES, novela
Por: J. Méndez-Limbrick,  escritor.

¿Qué es literatura y qué no lo es?
¿Qué es una novela?
Pienso que contestar a lo anterior es difícil. Quizá la aproximación más justa de lo que es una novela – y así lo pienso yo- es la definición que escribe Witkiewicz en el prólogo de “su” “Insaciabilidad” obra maestra de principios del siglo XX: “... una novela puede ser cualquier cosa, independientemente de las leyes de la composición, empezando por una aventura psicológica presentada desde el exterior, hasta algo que se acerca al tratado filosófico o social”:
Pienso – sin temor a equivocarme- que Efectos Personales de Faustino Desinach se enmarca dentro de este concepto de literatura de Witkiewicz.
Efectos Personales es una novela visceral y ambiciosa quizá no tanto en su estructura pero sí en lo narrado, en donde la obsesión principal del protagonista es el sexo que se consume y renace de sus propias cenizas una y otra vez como el Ave Fénix.
Además, en el relato confluye un testimonio  sin hipocresías de las relaciones de parejas en nuestro entorno social y quizá este sea el mayor mérito de la obra: la sinceridad del protagonista o los protagonistas.
Efectos Personales rompe con los moldes “clásicos” y “añejos” de la literatura nacional y se acomoda definitivamente a las nuevas corrientes de los novelistas costarricenses de novela negra, de novela urbana y “realismo sucio”.
J. Méndez-Limbrick.






Esta novela la han ubicado como integrante
del movimiento llamado "Realismo sucio".
Por: Benedicto Víquez G. Escritor y critico

En la misma novela el narrador dice: "Narradores en imágenes, ahí es donde está la belleza del realismo sucio de las cosas y del ser humano".
Tendríamos que entender que existe un realismo limpio.
Tal vez el nombre no sea feliz.
Pienso que es una modalidad diferente de enfrentarse a la misma realidad y crear la obra literaria a partir de ella.
El arte en general y la literatura en particular tienen la libertad, propia del creador, de escoger qué partes, tonos, claroscuros, matices, de esa realidad para configurar su obra.
De esta visión propia del autor surgirá una obra descarnada, tremebunda, desgarradora, u otra positiva, llena de imágenes bellas y ambas podrían ser literarias si el manejo del lenguaje y otros elementos es el adecuado.
Ya el naturalismo como movimiento literario, en el pasado, se encargó de mostrar el lado feo de la realidad y los autores contemporáneos vuelven los ojos hacia una realidad que la sociedad burguesa y la historia oficial tratan por todos los medios de ocultar. La novela tiene un rasgo del que poco se ha teorizado y éste es "lo privado".
La épica se dedicó por completo a la vida pública, lo que todos sabían, lo dicho, lo expuesto y quizás podríamos afirmar del mundo oficial pero la novela tendría la oportunidad de fundamentarse en ese mundo desconocido, oculto y siempre tan importante como es lo privado.
No sólo en cuanto a los personajes se refiere sino a la historia.
El buen novelista siempre encuentra la forma de contar, narrar sobre mundos privados, desconocidos, inventados pero terriblemente reales.
Ese mundo subterráneo, lleno de pasiones, descarnado, sádico a veces, terriblemente violento es el que descubre y recrea esta novela: Efectos Personales.
Es como si se abriera esa valijita y comenzaran a salir toda clase de imágenes que algunos no quieren ver o desearan ocultar o simplemente mirar para otro lado. Por ello, creemos que el personaje fotógrafo y aficionado a las mariposas Tony Fernández, en sus estadías en San José de Costa Rica y Nueva York, disfruta revelando sus imágenes en ambos sentidos.
Es cierto que nuestra sociedad es violenta y eso muy pocos podrían negarlo y que se tiende a empeorar cada vez más.
Pero lo que sorprende y quizás llama más la atención es tropezar con personajes corrientes, jóvenes, de clase media, estudiantes universitarios y hasta profesionales como protagonistas de ese desenfreno sexual, esa violencia desmedida e inhumana a que voluntariamente se introducen.

El sexo por el sexo mismo.

No importa cómo ni con quién.

La vivencia de la violencia sexual hoy y mañana... no importa.
Pero no nos asombra por falso, pues no lo es.
En esa lucha por alcanzar el éxito, medido en poder, no se escatiman medios.
Así desfilan por la novela las historias más crudas, desde la muerte de Parmenio, la violación del joven en la sabana, el maltrato y abandono de hijos y madres a la miseria, el asesinato de una joven que rechazó a un viejo sádico, por manos de él, la venganza de su hijo contra ese mismo viejo que era su padre, la violación de un menor por un soldado de la marina, etc.
Todas estas imágenes narradas son un testimonio que no podremos ocultar.
No más al comienzo de la novela cuando Aurora lleva a Pablo Morfo a la iglesia católica y el padre baña a Pablo con agua bendita, comienza un soliloquio que es de antología.
Morfo le da gracias a Dios pero de qué manera.
Dejo al lector en suspenso con el fin de que lea la novela y pueda experimentar ése y otros pasajes importantes de la misma.
Está en la página 62.
(Entonces Pablo cayó arrodillado y con la frente rozando el mosaico. Se le escuchó decir la gran oración… ¡Gracias Dios entonces en honor a la verdad! ¡Gracias Dios porque nunca me ha faltado nada de nada!
¡Gracias Dios entonces por mi salud! ¡Gracias Dios entonces, por mi Bendita Verga y leche que preña sueños! ¡Benditas las Tetas de Isabel! ¡Benditas las Vaginas!
¡Bendita sea la habitación de Catalina y Rivelina! ¡Benditas las casas de Bisexuales y Multisexuales! ¡Bendita sea la casa de Puchos! ¡Bendita Las Gatitas al sur de la Caja!
¡Bendito sea el Café Chelles! ¡Bendita sea La Calle de la Amargura! ¡Benditas Las Salas de Ambiente! ¡Bendita La Casa Kamelot! ¡Alabado seas Dios mío! ¡Benditos mis acompañantes a los benditos refugios del pecado!
¡Santos los hijos de mis hijos! y ¡Santo sea yo…! Ya ves Dios y todos que decían que yo no creía en ti y que tampoco te daba gracias por tus bendiciones… ¡Gracias mi Dios…! ¡Santos Gatos!!! ¡Santo Garfield!!!…)
Ahora bien, cabría preguntarse, los personajes son felices, se realizan plenamente. Mi respuesta es no.
Y la novela es explícita no solo en el lenguaje directo, sin tapujos para describir las escenas más violentas de sexo, como para señalar imágenes de frustración, impotencia, fracaso, y sobre todo de soledad, tal y como muere el personaje Tony Fernández en un hospital.
La novela abre un abanico de respuestas a la violencia actual ejemplificada en el sexo y las drogas pero sobre todo en la impotencia del ser humano para resolver ésas, sus propias limitaciones en esta sociedad materialista.
Por: Benedicto Víquez G. Escritor y critico




 


FAUSTINO DESINACH
O EL SEXO COMO ESTRATEGIA
Semanario Universidad de Costa Rica,
Junio 1,999
Por: Carolina Sanabria Sing
Itinerario sexual es lo que pretende ser la primera parte del tríptico que muestra el artista y fotógrafo freelancer Faustino Desinach ya no desde el campo de las imágenes visuales que le mereció en 1996 el Premio Aquileo Echeverría, sino mediante la incursión esta vez desde un lenguaje diferente: el de las imágenes verbales.
A primera vista y quizás también a segunda-, el poemario resulta desconcertante o, más bien, como Desinach mismo lo reconoce, terriblemente violento.  De manera más precisa, es violente en tanto supone la liberación del deseo mediante la palabra (sin olvidar los dibujos del autor que forman parte del libro), lo cual riñe con el placer estético al que tradicionalmente se asocia un libro de poemas.
Para todo lector es imperativo conocer la coyuntura en que ha sido escrito cualquier texto y éste en particular responde a los inicios de los años noventa en Nueva York por razones de oficio de su autor, quien, ante la angustia existencial que supone la conciencia del saberse lejano a ese claustro entrañable en términos de Freud- que es su país de origen a la vez inmerso en otro mundo desconocido cuya belleza a veces se toma incluso amenazante, parte del eje de la sexualidad para estructurar desde los cuatro puntos cardinales –más una introducción a la que llama punto cardinal cero- esta su primera colección poética.
El libro es, como diría Baudrillard, intensamente obsceno en su simplicidad.  Pero también es obsceno en el sentido tradicional del contenido sexual, en tanto texto transgresor y provocador.
El sexo en estado puro, desprovisto de todo ritual de seducción, muy próximo, casi virtual, (con) fundido con su representación. Como la pornografía, detalla imágenes eróticas de manera explícita, con un alto grado de fidelidad hasta donde ese arbitrario y limitado sistema de signos que es la lengua lo permite.
Exceso, pues, de verdad y precisión, abunda en la alucinación del detalle con respecto a su punto de referencia (al grado tal de que, para sostener los efectos de precisión que se detallan en el contenido, el poemario debió quizás haberse intitulado algo así como Geografía del deseo.
Esta exactitud del contenido sexual corre paralela con la sociedad de los media que moldea a sus receptores como ante lo que normalmente se ha mantenido oculto, bajo algún tipo de represión (de ahí también, en parte, su violencia).
Se pone en escena la cultura del cuerpo, más aun, la representación de su deseo.  Desinach lo sabe y se complace y juega con eso.
Se anulan así las apariencias y todo –desde el cuerpo hasta el espíritu- se despoja de las vestiduras para tomarse visible.
En una palabra y, volviendo una vez más a, fin del secreto.
            Pero toda esta descripción de detalles no parece responder más que a la creación de un mecanismo de refugio ante la desconsoladora soledad que lleva implícita la estancia en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo en donde la gente “cree ser feliz”.
Esa misma ciudad que precipita la búsqueda del goce –por parte de este extraño (extranjero) que no resulta ser otro sino el autor- mediante la elaboración de diversas imágenes sensoriales relativas a lo visual –que van desde la simpleza de señales e tránsito como “one way” o “subway”, hasta las magistrales obras pictóricas de Van Gogh o Modigliani-, a los colores los recurrentes azul y gris-, a los sonidos el canto de los pájaros, la música de Strawinski-, a los sabores –la sopa, el vino, galletas-, pero ante todo a la sexualidad.
No una sexualidad cualquiera, claro, sino descentrada, abierta, múltiple, que se niega a reducir toda su riqueza de posibilidades a un solo sexo, según se aprecia en la referencia al entorno en un paisaje del último de los puntos cardinales.
            Más aún, el sexo, en la obra de Faustino Desinach, se lleva al límite sublime donde se purifica, a la vez que aparece como el resabio de humanidad del habitante solitario perteneciente a las frías urbes hiperdesarrolladas e hipercomunicadas paradójicamente sólo mediante las telecomunicaciones y no las cartas, destinadas éstas a no obtener respuestas, condenadas al silencio.
La crisis de sentido en la gran ciudad deviene, inconmesurable, en una violenta  soledad.  Solo queda el fracaso de las rosas y el sexo como estrategia posible.                                 
Por: Carolina Sanabria Sing




 


HOMBRE ITINERANTE
A TRAVES DEL BOULEVAR
Por: José María Zonta, poeta

Está claro que los poetas no van a rendirse, que seguirán convocándonos cualquier noche de fin de noviembre para asistir al rito de presentar su más reciente animal cazado, su más reciente viaje a planetas lejanos, su más genuino acto de amor, su señal de vida, su diario, su mapa. Venimos y el poeta nos muestra lo que es capaz de hacer con sus manos: cavar hasta el fondo de la tierra y sacar animales luminosos, o alzarlas muy alto, y bajar con frutos del árbol, y nosotros quedamos, francamente maravillados, no sabemos si es una bendición o una maldición, la confusión a veces recorre al público que escucha al poeta como un sacerdote recitando sus oraciones, varias personas murmuran que no entienden, otras asienten simulando que entienden.
¿De qué sirve leer un libro como este sin un vaso de vino, sin una noche lluviosa, sin una canción de Bob Dylan, sin una cuadro de Dalí, sin los animales del cuerpo inquietos, sin la humedad tomando forma, color, perfume? De nada.
           El libro es prueba documental de que el arte puede ser un territorio para decir la verdad, para experimentar nuevas armas que tal vez no definan la guerra, pero sí la alarguen a través de la noche, de que el amor puede ser un espacio para convertirse en animal, en instinto, en humano prehistórico, sin modales, sin educación, sin apariencias.
            El libro dice la verdad donde todos acostumbramos mentir, señala donde todos acostumbramos mirar para otra parte, denuncia donde nosotros disimulamos, muerde donde nosotros lamemos con desagrado, y finalmente muere con dignidad donde nosotros seguimos viviendo con deshonor.
            No hay dulzura en esta poesía de Faustino, no hay formalismos, ni tiempo para limpiarse la boca con una servilleta mientras se lee: no, el libro tiene la boca sucia, las manos manchadas con la sangre de un crimen reciente, las piernas en  fuga y los ojos desbordados.

            No hay buenos modales en este libro de Faustino, ni uñas limpias, ni caras lavadas ni ropa planchada: todo lo contrario, hay un cuerpo, el suyo, el mío, el nuestro, viviendo urgentemente antes de que venga la muerte o la gratitud o la renuncia, a sacarnos del juego.
           El libro “camina por el lado salvaje” de la vida, como la canción de Lou Reed, está casi siempre frente a una ventana con bulevar sin saber si lanzarse o dar otra oportunidad para el invierno venga y diga algo que realmente valga la pena, signifique, nos reivindique.
           Señores y señoras, el libro tiene una pistola en la sien y yo todavía no sé en cuál página apretó el gatillo y en cuál página resucitó en un callejón de San José.
            El libro es una canción, dura, callejera, húmeda, rota, gris, que cuando amanece sonríe y dice un nuevo día para seguir adelante, para salir a caminar entre los enemigos, para sobrevivir.
           Todos conocemos a Faustino como fotógrafo, como ser humano, como amigo, como nómada, pero ahora lo conocemos como un tipo realmente peligroso, nocivo, malvado, o sea, un poeta.
Ahora Faustino se quita la máscara y vemos el monstruo de la poesía, el verdadero traidor que hemos amado todos estos años. Ahora vino la Poesía y lo bendijo y lo maldijo al mismo tiempo, lo convirtió en este hombre opulento dueño de todo y en este mendigo carente de todo.
            Faustino es hoy un ser humano más roto, más desangrado, más cercano a la humillación, a la música.
            Faustino es hoy un desertor, un paria, un loco que escapa del sanatorio, se quita la camisa de fuerza, ataca a la enfermera, desprende la aguja del tranquilizante, rompe la ventana y huye.
            Tengo una profunda piedad por él, sólo comparable con el profundo amor y la enorme dignidad que me inspira.
           Cuando leí el libro me volví sordo a cualquier sonido que no fuera una canción de Bob Dylan, sobre todo a aquélla que dice:
“Si no fuera por ti  muchacha, no podría encontrar la puerta/ no podría ver ni/ siquiera el cielo, estaría triste y abatido/ si no fuera por ti./ Si no fuera por ti muchacha/ Yacería despierto toda la noche/ Esperaría la luz del día/ para que brillara aquí dentro/ pero eso no sería distinto/ si no fuera por ti./ Si no fuera por ti/ mi cielo se derrumbaría  y la  tristeza se agolparía./ Sin tu amor ya no conseguiría nada/ estaría perdido sin no fuera por ti/ sabes que es cierto./ Si no fuera por ti, el invierno no tendría primavera/ no podría oír cantar al petirrojo/ no tendría idea de nada/ y en cualquier caso nada sería verdad”
             Y eso es este libro de Faustino, es cierto, es verdad, es duro, es simple como un movimiento del cuerpo cuando hace el amor y no está amando pero lo intenta una y otra vez.
            Juraría que este libro dura una tarde, o un invierno, o una mirada, o una flor, o una camisa en el suelo, o una ventana, o un disparo en la calle. Este libro tiene otras medidas del tiempo, no se puede leer en segundos o minutos, se debe leer en el tiempo de las manos, las bocas, las floristerías, las enaguas, las botellas, los amaneceres, las pieles y todos esos seres que forman bulevares a través de la vida, como si fueran baldosas.
En el libro hay un tipo condenado a la silla eléctrica que escribe su última carta, hay un apache que atisba al hombre blanco, hay un asesino, hay un sujeto que ama a su mujer hasta medianoche y después se convierte en un desconocido.
En el libro hay un tipo que se sujeta la cabeza sentado en la calle y todos pasan y nadie le ofrece un cigarro, ni le pregunta si está bien, ni le pone una mano en el hombro para transmitirle un poquito de calor.
No, ese hombre al final del día tiene que levantarse y regresar solo a su casa a calentar las sobras de la sema
na pasada, entonces de camino se encuentra a una mujer, no importa si es negra, blanca o amarilla, si es santa o prostituta, firmaría una teoría que afirme que todas las prostitutas con santas y no hagamos viceversas, y sencillamente se la lleva, le ofrece una botella, una ventana, una cama, una refrigeradora blanca vacía de comida llena de frío, y ella que no podría estar más sola o más loca le dice que sí, y lo sigue, lo acompaña, lo rescata y lo pone a salvo en su propio caos, en su propio invierno, en su innegable sufrimiento. Mientras se atraviesa el libro alguien pone un disco, no un compacto, o más bien un elepé y suena Jim Morrison:
“Días extraños nos han descubierto/ días extraños nos han buscado y encontrado/ destruirán nuestras pequeñas alegrías/ tendremos que seguir el juego o encontrar una nueva  ciudad./ Ojos extraños llenan extrañas/ habitaciones/ voces transmitirán su aburrido propósito/ la anfitriona hace muecas/ sus invitados duermen hartos de pecar/ escúchame hablar del pecado y sabes que es así./ Extraños días nos han encontrado/ Y durante sus extrañas horas/ agonizamos solos/ cuerpos confundidos/ recuerdos maltratados/ mientras corremos desde el día/ hacia una extraña noche de piedra.”
            Y hacia allí corre el libro como un caballo demente: hacia la noche, la madrugada, la oscuridad, las ventanas. Porque las ventanas juegan un papel muy importante en estos poemas, casi afirmaríamos que sin ventanas no habría poemas pero también que sin estos poemas no habría rosas.
            Volvamos, volamos, al principio, dije algo así como que de qué vale leer este libro sin una ventana, sin una vela apagada a punto de encenderse sola o encendida a punto de apagarse sola, de un poco de frío que surta efecto en los senos más cercanos, unas gradas que suenan cuando las subimos, y sin una mujer? Pues de nada.
            Creo que también dije algo así como que el libro maldice donde nosotros callamos, golpea donde nosotros rozamos, grita donde susurramos, se vuelve loco donde nosotros nos comportamos con cordura, con normalidad.
            En la penúltima hoja hay un radio, que transmite una canción desde hace doscientos años, es de Franco Battiato y dice:
“Pero el animal que llevo dentro/ no me deja vivir feliz nunca
se toma todo también el café/ me convierte en esclavo de mis pasiones
y no se rinde nunca y no sabe esperar/ y el  animal que llevo dentro te ama”
            El libro es una serenata de un borracho, frente a un balcón, y cuando parece que la mujer está a punto de salir, de saludar, de lanzarnos un beso, alguien apaga los sentidos, la realidad.
            Y al final del ritual, después del vinito, los bocadillos, cuando hay, todos nos vamos, el lugar queda solo, vacío, apagado. Al poeta el alma le queda sudorosa de alegría, y entonces hace un gesto de recuperar una verdad que estaba allí y ninguno vio. Y todo vuelve a comenzar.
José María Zonta




Infidelidad y poesía Dennise Duncan
La República, 30 Noviembre 2000.

Faustino Desinach presentó su poemario “El bulevar de los infieles”, un recorrido por detalles que no se ven fácilmente.
“De este lado del bulevar de los infieles crecen las esperanzas como crecen los cuervos y te sacarán los ojos durante las 24 horas del día”.
Este es uno de los poemas de “El bulevar de los infieles”, poemario que Faustino Desinach presentó a inicios de semana.
Su idea es reconstruir por partes lo que es el bulevar de San José, las situaciones que se esconden entre la gente que transita por la avenida central.
            “El bulevar es esto, gente caminando, transeúntes, mendigos, niños usados por sus familias para pedir dinero”, explica Desinach, y señala, en medio bulevar, a un niño en silla de ruedas y con un tarro de monedas entre sus piernas. Su madre, completamente sana, esta sentada a unos metros de él, pero bien ubicada para que la gente no note el parentesco.

“Todos viven de lo que él recoge, hay una clara decadencia de la sociedad, es una prostitución de la propia sangre”, explica Desinach.
Junto con esta conciencia social, el autor toma la infidelidad de pareja como otro de los temas esenciales, sin dejar de lado la infidelidad en diversos planos de la vida.
“Hay situaciones de las que escribo tanto metafóricamente como abiertamente, sobre esa cosa asquerosa y oscura que queremos desplumar. Son cosas que vemos a diario pero no las palpamos, no la sentimos en carne propia, pero están ahí”.
Y esas situaciones empiezan a sentirse en carne propia cuando se escucha, entre el bullicio de los buses y la gente, a un hombre con disfraz de payaso explicar: “la pequeña contribución que yo pido no es para mí, es para José Ángel, que necesita de su colaboración”.
El libro de Desinach quien es fotógrafo de profesión, contiene cerca de ochenta poesías con nombres sugerentes de sus temas, como “Acera anónima”, “Acera de espera”, “Acera preventiva”, “Acera de noticias, cine y otras invitaciones sobre papel” y decenas de aceras sin nombre.
Dennise Duncan





DESINACH HABLA ACERCA
DEL SEXO EN LA CIUDAD
The Tico Times, enero 26 de 2001
Por Sandra Arguello
Especial para el Tico Times

El es un rebelde con palabras, un maestro de la imagen. Faustino Desinach de 41 años de edad, está sacudiendo la arena literaria de Costa Rica con su tercera colección de poemas "El Boulevard de los Infieles".
Desinach es bien conocido dentro de la élite artística del país por su trabajo como fotógrafo. Ganador del Premio Nacional Aquileo J. Echeverría, en 1996, Desinach ha viajado extensamente para capturar en su cámara imágenes tales como la renombrada Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, el escritor Mario Vargas Llosa y el controversial líder cubano, Fidel Castro.
Pero, de alguna manera, su trabajo como fotógrafo es insuficiente para satisfacer al artista de muchos talentos. "El mundo es demasiado vasto", afirma.
Después de vivir temporalmente en Nueva York, Desinach encontró suficiente inspiración en la Gran Manzana para escribir "Itinerario Sexual", publicado en 1998. Un año después escribió "Coffee-Sex", donde desarrolla más a fondo el tema que sostiene su creatividad: la vida en la ciudad.
La mirada profunda de Desinach y su discurso pausado transforman el Bulevar de la Avenida Central en un mundo donde cualquier cosa puede suceder.
TT. ¿Cómo realizó el salto de la fotografía a la literatura?
FD. Ambas van de la mano. Las imágenes o las palabras, ambas, pueden dar una interpretación sublime de algo. Pero llega el momento en que solamente una de ellas no es suficiente. Cuando siento que no puedo describir un atardecer o cualquier paisaje, los fotografío. La fotografía resume; la literatura permite más posibilidades de identificación con las condiciones humanas, tales como el sufrimiento.
TT. ¿Cómo su vida en Nueva York influyó en su literatura?
FD. Mi primer libro es el canto de un individuo que es confrontado por una extraña ciudad y una ciudad que contiene al mundo. Esa es Nueva York. Primero usted experimenta una aceleración de los sentimientos, hay demasiado de todo para ser absorbido. Luego, viene el cambio cuando el individuo empieza a alimentarse en la ciudad. Hay exceso en cada uno de estos aspectos.

TT. ¿Qué es la ciudad para Faustino Desinach?
FD. Yo no escribo acerca de la ciudad, escribo dentro de la ciudad. No voy simplemente por el Bulevar de la Avenida Central, yo dejo partes de mi en ella y me llevo o tomo algo de ella conmigo. En "El Boulevard de los Infieles", la parte sexual va de la mano con lo social, el sufrimiento. San José es una ciudad que hiere y probablemente hiere más que Nueva York, porque Nueva York no es mi vida.
TT. ¿Cómo hace usted para abrir espacios para el sexo en una sociedad tan conservadora como la nuestra?
FD. Lo que escribo no sigue la línea editorial de la mayoría de editoriales aquí, así que publico de manera independiente. Mis ventas no están garantizadas, aunque este es el riego que tomo. Pero existe la necesidad de leer algo diferente. Hay gente que lee porque así lo desea. La infidelidad de la que hablo va más allá de lo que la Iglesia dice, la infidelidad está rompiendo las convenciones de alguien más.
TT. ¿Cómo se ve a si mismo en comparación con escritores como Henry Miller o Sade?
FD. Ellos traen algo, probablemente la lección de no vivir como ellos lo hicieron. Sus vidas se sienten frías como el metal y traicioneras como el filo del metal.
Por Sandra Arguello
Especial para el Tico Times





Sobre el Bulevar de los infieles
Por: TOMAS SARAVÍ, PERIODISTA Y EDITOR.

Ya en sus anteriores obras, “ITINERARIO SEXUAL” y “COFFEE–SEX”, Faustino Desinach nos había introducido en su alucinante recorrido por los bordes de un pos modernismo abracadabrante.
Emergente de un sector social latinoamericano pleno de sorpresas, el de los artistas que no titubean en dar vuelta el guante y arrojarnos el vaso de ron a la cara, Faustino maneja su doble oficio con destreza: tiene el oído del fotógrafo y la visión del poeta.
Sin precauciones. Sin remilgos. Con indomable valor.
No es ésta una poesía “literaria”: surge de la vista, sin remiendos.
En algunos momentos se acerca a los aforismos sufís o las greguerías  de Ramón Gómez de la Serna, pasados por estas décadas postreras de siglo XX, “problemático y febril”, como anticipaba Enrique Santos Discépolo.
Entre fulgurantes destellos casi surrealistas, saltan en la poesía de Faustino Desinach metáforas que no desdeñan recordar los sentimientos y los afectos.
Algún crítico literario podría preguntarse: ¿en qué fuentes ha abrevado Desinach? Recordemos que, alrededor de sus treinta años (al iniciarse esta desvelada década de los noventa), él inició un periplo por diversas ciudades de Estados Unidos y, sobre todo, por Nueva York. Observó otros horizontes (México, por ejemplo), Pero fue Nueva York la que impactó a este Tico universal.

En algún momento aventuré algunas hipótesis sobre sus mayores fidelidades en el plano de la literatura, y parece que di en le blanco.
Fue en 1999, durante la presentación de “Itinerario Sexual” en la Casa de México, en San José, Costa Rica. En aquella oportunidad me referí al universo, al “antiguo testamento”, a las posibles semillas de la poesía de Faustino Desinach.
Creí entrever, en su producción (y en su vida, pues son la misma cosa) impactos del gigantesco Henry Miller,  tonalidades de Jack Kerouac (quien abrió las compuertas del mundo de los beatniks), de los poetas Ferlingheti, Gregory Corso, Guinsberg. Al leer este libro que hoy nace, encuentro en la  “Acera sin titulo # 27”, que cierra el volumen, la mejor confirmación de lo que acabo de decir:
Los poetas
se congregan en cuba
Roberto y Paqui
se enamoran
y se marchan a España
Rafa
continua pintando
bellas mujeres
Juan carga
su cámara
de video
por el bulevar
de los infieles
Faustino Desinach ha regresado por ahora a casa. Y, lo mejor de todo: a los 40 años, está en el preámbulo de su vida y de su obra.
TOMAS SARAVÍ
(PERIODISTA Y EDITOR)



  

COMENTARIO PARA EL LIBRO
"CUBA PRIMERO DE MAYO"
Fecha: Junio 1996.
Por: Juan Ramón Rojas, Director ACAN-EFE.

A muchos puede sorprender que casi 38 años después de estar en el poder y en plena crisis económica, Fidel Castro pueda presentarse en la Habana, ante una concurrencia de tantos miles de personas, un 1° de mayo.
Como en los mejores tiempos, en que se hacía derroche de su seductora presencia para exhibir supuestos éxitos de una revolución marxista en el patio del "imperio", Fidel Castro trató de dar nuevos bríos a un régimen que se niega a morir.
El rechazo de la ley Helms-Burton, recientemente aprobada y que internacionaliza y endurece el embargo económico aplicado a Cuba desde hace más de 30 años, puede ser una explicación para esta concentración, varios años después de que no se realizan los desfiles del 1 de mayo, a causa de la falta de recursos.
La manifestación se inscribe en momentos en que miles de balseros se lanzan al mar en busca de libertad, una aguda crisis golpea duramente a la población y un régimen, casi aislado en el mundo, se aferra tras la caída de la Unión Soviética, su sostén económico desde la década del 60.
Presionados o coaccionados por los grupos de seguridad, o movidos por fervor revolucionario, repitieron una liturgia que Cuba no presenciaba desde hacía varios años. La plaza de la Revolución fue nuevamente el escenario de pancartas, gritos y consignas.
Pero fueron miles, aprehendidos por la cámara de Faustino Desinach. Entre otros, ese es el valor de este documento gráfico; captar un momento clave en el único experimento comunista que ha sobrevivido en occidente y uno de los escasos que subsisten en el mundo. Y lo ha hecho a 90 millas de las costas de los Estados Unidos su acérrimo enemigo.
Con su barba encanecida, reflejando el implacable paso del tiempo y vestido de su tradicional verde olivo, al igual que lo hizo en 1960, el comandante volvió a defender éste 1 de mayo su proyecto socialista y trató de levantar los cada vez más decaídos ánimos revolucionarios y resaltar las conquistas sociales, puestas en duda por la realidad misma.
Pero la cámara no se quedó en lo universal, porque la vida está hecha de detalles. También captó el que hacer singular a un pueblo alegre y laborioso como el cubano.
La habilidad en las manos de un escultor o artesano, la precisión de una bailarina y el disfrute de una tarde frente al Malecón, el paso reposado de los ciclistas, la acogedora Bodeguita del Medio, cita de Ernest Hemingway y de tantos artistas que ha dejado allí inmortalizadas sus firmas, se sobrepusieron a lo efímero del momento y quedaron plasmados en el lente.
Faustino nos acerca a una de las realidades latinoamericanas más polémicas y centro de controversia ideológica en las últimas décadas, y deja para la posteridad, su visión sensible, acertada y real de lo cotidiano.
Por: Juan Ramón Rojas, Director ACAN-EFE.





COMENTARIO PARA EL LIBRO
"PRIMERO DE MAYO CUBA"
Por: JAIME FERNANDEZ LEANDRO, ESCRITOR.

Cuba está unida por la historia y la sangre al resto de los países latinoamericanos. Cabe recordar que en los tiempos del imperio colonial español, esa isla fue la puerta de entrada al Nuevo Mundo, y de hecho la expedición que encabezara Hernán Cortés en la conquista de México partió de Cuba. Muestra de esta condición privilegiada es la Habana Vieja, conjunto arquitectónico declarado por la UNESCO patrimonio cultural de la humanidad. La caída de dictador folklórico Fulgencio Batista, y el rumbo ideológico que asumiera el proceso revolucionario liderado por Fidel Castro Ruz, colocaron a la isla en el candente ajedrez de la Guerra Fría, levantándose entre ella y el resto de los países de la región una muralla comercial, política, informativa y cultural que perdura hasta la fecha.
La muestra fotográfica que ahora nos presenta Faustino Desinach, representa un serio intento por aproximarnos- a los que estamos de este lado de la barrera ideológica- al mundo cotidiano de los hombres y mujeres que hacen su vida bajo el cielo de Cuba. Ya sea en la Habana Vieja; ya sea en la concurrida playa de Varadero, o el celebérrimo malecón  habanero, el ojo de la cámara de Desinach indaga en la existencia de los moradores de esa isla legendaria. Y también nos aproxima a las leyendas de esa ínsula: un Ernest Hemingway ya mítico cuya presencia se intuye en sitios como
"El Floridita" y "La Bodeguita de en Medio", tabernas tropicales en las que el ilustre Premio Nobel de Literatura 1954 pasaba buenos ratos con sus amigos cubanos. Esta muestra también nos presenta el testimonio viviente de Gregorio Fuentes, capitán del yate "Pilar" y compañero de Hemingway en las travesías por ese mar que el escritor plasmó en novelas como "El viejo y el mar", "Tener y no tener" o "Islas a la deriva".
El poblado de Cojímar, de cara a la inmensidad verde del Caribe, aporta su cuota de sabor local.
La orientación ideológica del régimen que actualmente dirige los destinos de Cuba es una realidad insoslayable (Por algo la muestra se llama "Primero de Mayo"); mas la sociedad cubana es mucho más que un fenómeno revolucionario que ha osado desafiar el poderío del Tío Sam en sus propias narices, y Faustino Desinach ha querido con esta exposición trascender la Guerra Fría y el bloqueo imperial para mostrarnos las diversas facetas de un pueblo cubano, con el cual tenemos muchas, muchísimas cosas en común.
COMENTARIO PARA EL LIBRO "PRIMERO DE MAYO CUBA"  
Por: JAIME FERNANDEZ LEANDRO, ESCRITOR.






  

COMENTARIO ESCRITO Y PUBLICADO PARA EL LIBRO:
"DEL CAMERINO A LA PUESTA ESCÉNICA"
Por: Rafa Fernández, Pintor.

La fotografía, ha dado la oportunidad a los seres humanos de regresar en el tiempo y mirar con quien atisba por el hoyo de la cerradura, la transformación de nuestros pueblos y barrios, de amigos y familiares que han ido envejeciendo o desapareciendo, y como por arte de magia van quedando en pequeños o largos trozos de película, bajo la sensibilidad y la técnica de su autor.
            Esta dinámica forma de grabar cosas, sucesos, acontecimientos, amores y desamores, da a Faustino Desinach, la oportunidad de expresarse y participarnos de un mundo de personajes como actores, bailarines, poetas y pintores, y hasta políticos y ladrones.
            Su estilo personal y la manera de ver al mundo, nos conduce a atmósferas mágicas llenas de sabor Caribe, que definen su ubicación como ser latinoamericano y en donde descubrimos la intencionalidad social, poética y plástica de ese fotógrafo artista que bajo el encantamiento de su cámara va por la vida capturando y congelando imágenes para el tiempo.
            No cabe duda de que toda actividad artística, exige una dura disciplina y además nos enfrenta a un futuro en que la calidad de la obra tiene que ir superándose por la técnica y la búsqueda de una verdad interior, y es esta la intencionalidad que uno siente cuando se acerca y atisba el trabajo de Faustino, que como todos buscamos el sonido de la nota  que nos haga protagonistas en el gran concierto universal de las artes.
Por: Rafa Fernández, Pintor.






COMENTARIO ESCRITO Y PUBLICADO PARA INSTALACION:
“DEL CAMERINO A LA PUESTA ESCÉNICA"
Por: Dr. Arnoldo Mora R. Filósofo y Ministro de Cultura.

Ya hoy día nadie discute que la fotografía, hija de la revolución tecnológica que viene cambiando profundamente a la humanidad desde los inicios del siglo pasado, es un arte mayor.
Más aún, teniendo como antecesor inmediato al daguerrotipo.
La fotografía muy pronto se convirtió en una especie de matriz de lo que, a lo largo del siglo XX, se ha convertido en el instrumento por excelencia de comunicación, y el único arte bello, surgido después de los griegos:
el cine y sus derivados actuales, como la televisión y el video.
Pero nada de esto se da por casualidad.
El triunfo de la fotografía y sus ramificaciones actuales, no hace sino confirmar una de las características de la cultura Occidental, expresada desde los días prístinos de la Civilización Clásica Griega: la superioridad de la vista por sobre los otros sentidos, sostenida por los filósofos Platón y Aristóteles.
De ahí el intento tanto en el método científico experimental como en las artes, de construir instrumentos mecánicos que traduzcan o viertan en el lenguaje específico de la vista, el mensaje y la experiencia vital que es propio de los otros sentidos.
En el caso específico de la fotografía, entre el ojo humano y la realidad, media un instrumento de alta complejidad tecnológica, producto del desarrollo científico de los últimos siglos.
De esa unión o matrimonio surge un hijo: la fotografía o simplemente " la foto " que como todo hijo, tiene algo o mucho de ambos progenitores, refleja a ambos no solo en su apariencia externa sino, sobre todo, en lo que estos tienen de mas profundo.

Es allí precisamente donde la fotografía se convierte en arte, pues el arte es una mirada profunda que el ser humano, por medio de sus sentidos (vista para las artes plásticas, oído para la música, ambos sentidos para las letras y las artes del espectáculo, etc.) dirige a las cosas con el fin de descubrir en ellas su alma, ese rostro oculto que nos descubre, la esencia de lo real, pero que solo la mirada profunda y sensible del corazón humano puede sacar a la superficie y sacar de manifiesto.
Es por eso que cuando hablamos de la fotografía como arte lo que cuenta es, ante todo, el artista-fotógrafo, es decir, ese ser humano todo y solo mirada que, usando tan solo la cámara como instrumento, construye con los objetos que lo rodean un universo   de ensoñación y belleza, donde los objetos contemplados por el ojo corporal dejan de ser tales para convertirse en mensajeros de otra realidad más profunda, que se vislumbra a través de los objetos materiales y que tiene que ver con lo específicamente humano y sus valores.
En cuanto a la materialidad de los objetos, éste pierde su opacidad y consistencia. La realidad misma se vuelve abstracta en el sentido Aristotélico de la palabra, es decir, gracias a la mirada del fotógrafo y su habilidad con su cámara, tan solo se destacan una o algunos de los aspectos múltiples de los objetos que pueblan el universo material circundante.
El fotógrafo escoge el aspecto de lo real que quiere destacar: luz, color, quietud, o movimiento, figura, conjuntos o detalles, uno o varios planos... Los objetos están allí como una cantera a explotar por el artista que, en vez de manos, usa ojos, y en vez de cincel, requiere de una cámara.

En nuestro medio, Faustino Desinach ha hecho de la fotografía un arte mayor.
Esta obra, que hoy me cabe el honor de presentar, así lo prueba.

A través de la cámara, trata de penetrar en los pliegues más hondos del alma de los actores y bailarines, artistas del espectáculo.
Cada detalle del camerino o del escenario, se convierte en una llave para recorrer los meandros del arte y el corazón del actor. Hay una complicidad entre el actor-mirado y el artista-fotógrafo-que-mira, a través de la cámara se guiña un ojo, se desnudan su alma de demiurgos y se cuentan mutuamente sus secretos.
La foto hará luego patente este misterio y público este secreto, con lo que todos disfrutamos de un arte a la segunda potencia.
La fotografía del artista en acción nos revela el arte del actor y el arte del fotógrafo.
El producto es un universo todo hecho de arte sin más.
Tal es éste arte que el lector-mirador tiene entre sus manos, fruto maduro de la trayectoria profesional y artística de Faustino Desinach, durante muchos años en que se ha desplegado con gran profesionalismo su gran talento y sensibilidad...
Que sean muchos los que lo disfruten.
Por: Dr. Arnoldo Mora R. Filósofo y Ministro de Cultura.







COMENTARIO PARA FOTO-INSTRALACION:
“CAMERINO", GALERIA SAN JOSE
Por: Sonia Vargas, Pintora.

Según criterio de algunos autores el verdadero objetivo de la fotografía no es utilizar la luz como medio mecánico de obtener un resultado puramente utilitario. Su misión primaria debe consistir en crear una nueva forma de imágenes que denotan vida y todo lo que esta relacionado con ella.
Tomando en cuenta esta afirmación parece mas adecuado definir la palabra fotografía diciendo que es "pintar con luz”, en vez de atenerse a su definición etimológica de "escribir con luz". De tal forma la luz se constituye en la pintura y la emulsión sensible en la tela.  Esta es precisamente una de las cualidades que podemos notar en la obra de Faustino Desinach.
El ha conseguido captar los detalles de un instante a través de un gesto, expresión o movimiento y hacerlos permanentes sobre papel emulsionado manteniéndolos casi eternos y con la capacidad de provocar en el observador el efecto primario de aquel momento remitiéndolo a él.
Al apreciar sus obras he compartido con Faustino la inmensa curiosidad que le provoca el mundo del espectáculo.
Disfruto enormemente la oportunidad que me brinda de entrar poco a poco en ese ámbito de fantasía que puede resultar a la vez tan real; tanto como la puesta en escena logre atraparnos en la acción que se produce y provocar llanto, risa o ternura según sea el caso para después continuar divagando, recreando y cuestionando
 ¿Desde cuándo  iniciaría el ser humano la aventura de transformarse a sí mismo?
Maquillaje, vestuario, luces y escenografía son recursos del espectáculo que contribuyen a la estructuración de ese mundo de fantasía.
Faustino ha revelado en su obra la disposición  que hacen los artistas de estos recursos en las labores previas al momento en que sube el telón.
Labores que no están a nuestro alcance conocer. De tal forma ha permitido que nos hagamos presentes en el camerino a través de sus tomas y conocer con precisión estas tareas.
No satisfecho aun, en esta ocasión nos invita amigablemente a su "CAMERINO" para estar esta vez físicamente dentro de ese espacio intimo, a observar de cerca la mesa del maquillaje y los implementos del mismo, a tener la oportunidad de acercarnos al vestuario.
Todo esto rodeado de las imágenes  de sus obras que se nos muestran en enormes rollos de película.
Definitivo, Faustino se ha propuesto provocar y transmitir al publico todas las sensaciones que individualmente han vivido en todos los rincones de los teatros y quiere hacernos apreciar hasta él ultimo de los detalles del camerino en esta nueva propuesta en la Galería San José, donde presenta, según sus propias palabras, en la modalidad de foto-instalación.
Excelente oportunidad para nosotros la de seguirlo en su nueva aventura estética.
Por: Sonia Vargas, Pintora.






FOTO- INSTALACIÓN "CAMERINO"
Por: Ana Istaru, Poetiza-Dramaturga.

He aquí la antesala del mundo.
De estos pomos de pintura, el polvo translucido que sella la mascara viva del maquillaje, emergerá ese personaje que en secreto nos habita y que hará del escenario el mapa-mundi de los sueños.
He aquí la antesala del sueño.
El territorio de la metamorfosis, el espacio vedado a los profanos, el sitio en que el actor y bailarín se preparan al rito del sudor, al aturdimiento de la maravilla. Abandonan sus pertenencias sus personales sufrimientos, deposita su nombre y alegría en una caja de lata, dibuja sobre el rostro el rostro de otro, son ese otro, son el prójimo y cambian por lo tanto de cuerpo, de risa, de cojera.
Fuman, maldicen chismorrean, intercambian desventuras, trasiegan confidencias, son amigos o enemigos entrañables, quieren besarse, molerse a palos, y al final lloran igual por el dolor ajeno. De todas formas, son de la misma sangre sobre la escena: sacerdotes altivos prodigando, como una verde hostia, la esperanza.
He aquí la antesala de esperanza.
Donde el torneado el músculo se prepara para el vuelo, donde el hueso y la carne están a punto de ser formas giratorias, pedazos cristalinos que arrancan la oscuridad. Donde la raza humana accede con doble sed a la poesía, tocan otros mundos posibles aspira a otro destino distante quiere tocar, como un rayo, la belleza.
He aquí la antesala de la belleza.
Miren a los artistas. La olfatean y están temblando, a punto de caer al escenario como horno, como en una panza de lobo, como sólo se cae al paraíso. Miren a los artistas por el ojo de buey de la cámara, por la retina de fuego del fotógrafo, es decir, de un hombre cíclope. Con reverencia, con envidia, con audacia miren el carromato de su camerino, donde un pigmento roto y un terciopelo muerto, por alquimia será el vellocino de oro de los héroes y una criatura frágil, la esperanza del mundo.
He aquí, pues, la antesala del mundo.
Bienvenidos.
Por: Ana Istaru, Poetiza-Dramaturga.




COMENTARIO PARA LA FOTO-INSTALACION: “CAMERINO",
GALERIA SAN JOSE
Por: Virginia Gruter, Escritora.
El artista de la fotografía, Faustino Desinach, incursiona en la instalación fotográfica.
Desinach usa el lente como un ojo mágico, pues al ver las fotos de su libro "Del camerino a la puesta escénica", se encuentra en cada foto algún destello de la suprema belleza fija por medio de la fotografía, la cual pareciera cuando uno ve el trabajo de Faustino, haber sido creada para esto.
Creo que a todos nos ha pasado que en algún plano de la vida, el algún momento, hemos dicho o pensado, pero pasa como el indetenible tiempo y sale nos deja un sabor a ambrosia, que llega hasta la médula, y que también se lleva el tiempo.

 Pero así de eslabón en eslabón de estos atisbos paradisíacos, se va llamando nuestra vida, todo sustentado por la maravilla que en un momento rasgó el aire y nos penetró de limpieza.
Desinach encuentra estas vivencias en la escena, sobre todo en la danza y acuciado por su sed, entra hasta el camerino, como se llama el cuartito donde los artistas se trasmutan su persona la que son el calle o en la casa o en el trabajo cotidiano, por eses personaje que vive solo un rato, solo una vez cada vez, sobre el escenario.
El público va y mira se reiría con el espectáculo, pero ignora a veces el esfuerzo corporal, mental, la angustia la congoja, la preocupación que precede a la creación.
Desinach levanta el velo para decirnos más de lo que aquí escribo, y nos lleva de la mano desde los ejercicios, los maquillajes, las cremas y líneas, colores para el rostro, al escenario donde todo esto se convertirá en ritmo y vuelo cómico o trágico o si falla el artista en nada.
Pero cuando Desinach hace ese recorrido lo hace siempre con la cruz de la belleza. Va con el lente al ojo, a descubrir el momento en que la luz y la sombra sobre la carne, la tela o la mirada y el gesto, o el resplandor y el movimiento nos hacen exaltar de gozo.
Y esto es él con su ojo ampliado quien lo atrapa.
Nos ofrece ahora una instalación llamada "Camerino".
La instalación es una forma nueva de expresarse artísticamente.
En la última bienal de la Habana, se dedicó todo un espacio a tales instalaciones, que consisten, según entiendo en crear un ambiente al penetrar en el cual la persona participa de las emociones y quizás de los pensamientos de aquellos a quien la instalación esta destinada.
En estos "Camerino" de Desinach, por ejemplo: el público al moverse entre espejos, luces, trajes, que si ya debe vivencias por lo menos algo de lo que los artistas hacen y siente, en ese momento misterioso en el cual se quitan el ropaje como una piel, se frotan con aceites para que la luz exalten más sus cuerpos, si son bailarines y salen a escena, siendo ellos mismos y sin embargo otros.
El estudio el ejercicio corporal diario, el maquillaje, el vestuario, la luz, la escenografía, todo esto es la preparación de lo que casi podríamos llamar un rito, esto es así, al extremo que salió de las ceremonias religiosas, y el bailarín vuela, ser arrastra o contorsiona con la música y el sonido, después de haber pasado por el último escalón que lo llevará a esta experiencia única: "Camerino".
El amor entre los artistas, sus celos, sus ambiciones, un gran conglomerado de pasiones se calma con el trabajo manual y práctico: "pásame la crema limpiadora", ¿tienes un pincel delgado que me prestes? etc., todo esto es la fase prefinal: la comida esta lista, hay que servirla. Y se abre el telón, y los diferentes giros, saltos y pasos son ahora lo que importa; la palabra y el gesto, sino es danza, sino teatro.
Todo lo que ya el artista haga debe ser perfecto porque allí está el verdadero rey: el público.
Por: Virginia Gruter, Escritora.




Faustino Desinach
La fotografía como documento social
Rocío Fernández de Ulibarri
Febrero 2003.

            Desde su aparición en la escena artística de los noventa, Faustino Desinach ha demostrado que el reportaje gráfico es su énfasis. Ahora, en el primer volumen de Costa Rica en fotografías, la cámara vuelve a su función social. Posiblemente sea la selección más representativa  que el autor ha hecho de sí mismo en los últimos años, a partir de los conceptos vertidos en los diversos capítulos que integran la ambiciosa tarea de compilar en  siete volúmenes lo más representativo de su trabajo como artista gráfico.
            En los diversos capítulos que componen el primer tomo, el autor publica imágenes de niños, diversos oficios, personajes, paisajes y escenas cotidianas. El autor pone de manifiesto su lente sociológico. Captados con la amenidad de quien conoce la efectividad de la cámara, los retratos de personajes cubren el espectro social desde la alta cultura a los bajos estamentos urbanos, incluyendo la política, los medios de comunicación de masas y el anciano anónimo. Da igual un estadista de los sesenta que una drag queen del San José contemporáneo. Son lo que son y punto.
            Usos y costumbres, actividades laborales, cotidianas y recreativas, fisonomías multiculturales, caleidoscopio de clases medias y bajas en Costa Rica al declinar el siglo XX, las escenas son susceptibles de múltiples lecturas pero advierten al lector de una sensibilidad proclive al fotoperiodismo. Registrar la imagen, documentar el hecho y narrar un acontecimiento hablan de la ética de trabajo de Desinach, inspirado en la escuela visual de  clásicos de la foto como Cartier Breson y Gisele de Freund. Al artista sólo le interesa  el  aquí y el ahora, presentar las cosas tal como son, sin completar lo que ve, sin tratar de transformarlo. Sólo trata de dejar testimonio de una forma de vida y de una época.
            Ajeno a los movimientos y las tendencias que se gestan alrededor de la explosión que vive el arte de la fotografía en nuestro país,  Faustino practica el individualismo y la  independencia autodefiniéndose como un fotógrafo de la calle, del ciudadano común y del populacho. La fotografía no es inocente y él ha confirmado ese credo en su estudio ubicado sobre la Avenida Central, 15 metros al este de La Plaza de la Cultura, en el corazón de la urbe.
            Aunque el ojo del artista no parece alterar lo que sucede a su alrededor, como editor de su propia obra ha elegido compilar sus imágenes por temas y grupos que oscilan entre personajes en solitario y cuartetos o dúos de imágenes relacionadas entre sí mediante un montaje narrativo, limpio y cuidadosamente diseñado.
            Ocasionalmente, el lente se detiene de manera estratégica y hace una pausa estética, se complace en la forma y ofrece al lector una experiencia plástica distinta.
Son las representaciones artísticas de teatro y danza, flora y fauna, que complementan y expanden la realidad que tanto ocupa al autor.
Rocío Fernández de Ulibarri
Febrero 2003.







Mirada que imagen imagine
Por: Jorge Charpentier,
Poeta, Premio Magón

Por la casual hendidura entra el ojo clandestino y permitido a la vas. Las sombras se abren como erectos cuchillos y se hacen luz  que enseña y revela espejos de espejos y minúsculos rincones del antes de.
La mirada-pincel-cincel se mueve cuidadosa y busca todo aquello que arroje o contenga fuego, lo ignífero, teja contra el fuego, lo ignífero.
El ojo voraz desnuda la piel del pie que ensaya aún con instrumentos disconformes. Pero el ojo creador, pincel-cincel, ya transformó en arte el pequeño secreto de ese instante. Lo imprevisto simultáneo permite que otro espacio en que los ocres dejan blanca la mirada de un Edipo y ponen cal y sangre entre los dedos ya culpables de antemano. Aún el camerino no le da la mano a la escena.
Presente puro cada instante. La espalda que recién termina de llagarse, dará después el punto exacto del grito. El brazo que ejercita desencantos. Los rostros que ofrecen pasivos al disfrazador intransigente que los devuelve desde el espejo apenas al medio llanto, casi rictus.
Presente puro el instante. Debe atrapar ese segundo en que el que luto y cuello se eleva sobre pañuelos dejados al descuido, dramáticamente hermosos. Debe cazar a la mariposa helada antes de que el fuego del aplauso la convierta en llama o en crisálida de humo. Debe encarcelar para bellezas, la desdicha de los cuerpos que se mueven debajo de los vestidos y collares.
Obligado el ojo artista, se posa en fragmentos de labios ya terminados para decir; se detiene en pedazos de los horizontes que se enredan en pestañas. Descubre, delante una sombra, un abanico inmenso que ocupa gestos de cabezas y pómulos, pero deja descubierto piernas como aspas, péndulo muy a pesar de lo estático fingido.
6Presente puro instante. Acude al torso transformado en ofrenda, torso ya dispuesto para manifestarse en el lago esperanzador del escenario que aguarda.
El ojo inquisidor, insaciable, comienza también a sentir el miedo de los otros; ese miedo que mide distancias entre camerino y acto, entre juego-ensayo y definitivo riesgo.
Juntos, pincel-cincel y los otros-las otras, van a iniciar el viaje entre lo imaginado y la realización total e irreversible de lo imaginado.
Con ellos-ellas; entre ellos-ellas, solidario y audaz también entra en escena el artista. Oculto entre los pliegues de un vestido. Disimulando entre el rápido movimiento del músculo desnudo que muestra y no muestra. Entre el doblez de la piel y la polisemia de los parlamentos, el ojo exhibe la otra geografía de la escena.
El Camerino se vuelve exigencia, compromiso, intensidad sin concesiones. Presente puro, ahora instante para la devoción colectiva. Ojo mirado por los ojos. Pero es más imperiosa la mirada que imagen imagina. La cámara oscura que doblega ante góticos aciertos de la danza. El ojo forma al instante, presente puro. El artista ha creado por fin el iconostasio. Aquí está.
Prólogos y epílogos únicos
F.D. Nos concede el privilegio de un arte puro; arte en el que se resumen todos los procesos de las demás expresiones. Al visualizar, crea. Después, esta pasión es imágenes, ya para siempre memoria; definitivamente testimonios de todo sufrimiento que demanda dar a luz la belleza.
Mirada que imagen imagina.
(Nunca se cierra el telón, acota el autor).
"CAMERINO"
Jorge Charpentier, Poeta, Premio Magón





Esos Asuntos del Ser
"Ancora" La Nación, 8 de Octubre de 1,995
Por: Víctor Hugo Fernández

Tiene un ojo especial que lo hace buscar situaciones dramáticas donde otros solo vemos espectáculos y entretenimientos. El se apropia de la escena y va más allá de lo mostrado para descubrir las esencias que yacen o se esconden detrás de la apariencia.
Lo suyo es una visión del espectáculo desde otra perspectiva, un descomponer la realidad de lo visual para hurgar en los componentes del cuerpo y sus variantes. Es ir al teatro, pero también proponer otro discurso a partir de lo allí concertado.
Fotopintura lo llaman, supongo que con razón, yo prefiero ver en todo esto un intento por restaurar lo que se escapa a cada instante y no somos capaces de apreciar a plenitud, porque el ojo nos traiciona o simplemente no alcanzamos a discernir. Es como desnudar la realidad, desvestirla de sus apariencias y observar esos asuntos del ser que están allí, al otro lado de la carne.
La fotografía de Faustino Desinach es el producto de una serie de componentes que parten por supuesto de la imagen, de la búsqueda de situaciones, del ojo atento entre los hechos, del lente preparado y dispuesto a congelar el movimiento. Pero es solo el principio porque después vienen las descomposiciones, las horas muertas en el laboratorio, el aislamiento del ojo y el congelamiento de lo capturado, invertido o puesto a funcionar en otro contexto donde todo se transforma.

TRABAJAR LA IMAGEN.
Las posibilidades que ofrece la ampliadora, lo negativo convertido en lo positivo, la marcha sobre la marcha delimitando los espacios entre la figuración y la abstracción, entre la forma y lo imaginado, entre lo posible y lo que quizás pudo o podría haber sido, así se construyen estos trabajos.
Es fotografía porque parte de ciertos principios materiales, pero es también un discurso plástico que le permite a su oficiante en terrenos donde el gris y el negro insinúan su vasto poder de configuración.
Porque si hay algo atractivo en todo esto, que es bastante, es precisamente esa determinación del creador de abismarse en el negro y apunta de tonalidades grises rescatar presencias o figuraciones que esta allí, solo esperando ser descubiertas y aceptadas como lógicas.
Es una suma de situaciones, una forma muy personal de aprehender la realidad y proponer una lectura diferente de lo percibido a partir de la descomposición de la imagen, donde los químicos ayudan y la luz juega un papel preponderante, atreviéndose o negándose según se le maneje.
Los fotógrafos, como uno los ve, son siempre esos individuos oportunistas que cargan su equipo preparado y la mano en el gatillo dispuesto a disparar y capturar algo que lo contrario se habría perdido. Son los que pretenden confirmar la máxima de que una imagen es más elocuente que mil palabras, lo cual no es cierto y jamás lo será porque es un eufemismo que busca desvirtuar la capacidad discursiva y la elocuencia del lenguaje en función de una imagen que es otro discurso y otra forma de aproximación a una situación determinada. La imagen no puede ni podrá reemplazar a la palabra y me parece que ella por si sola no se lo propone. Son más bien sus utilizadores o más bien sus abusadores quienes pretender imponer su dictadora. Por eso, cuando uno se encuentra con un trabajo como el de Faustino, con una búsqueda sincera donde la imágenes ciertamente el punto de partida que luego lo conduce hacia otros terrenos de la figuración, descomponiendo las apariencias, insertando nuevos elementos, desafiando al negro a punta de luz y velaciones, es cuando uno admite que el fotógrafo es un ojo avizor, un entendimiento acerca de la naturaleza de las apariencias, alguien capaz de decirnos que lo que vemos no es necesariamente lo que parece sino que además es todo aquello que se insinúa y yace al otro lado de ese negro profundo que todo lo domina y que empieza por llamarse cuarto oscuro. Esto no necesariamente sustituye a la palabra, todo lo contrario nos muestra que la imagen tiene su propia realidad y elocuencia, que es un discurso aparte y que así debe comprenderse.
Ver es también observar, hurgar, descomponer, rearmar, reconstruir, es meditar y proponer. Así me parece que Faustino ejerce su oficio de ojo clínico, su compromiso con lo observado y lo que esta más allá de lo inmediato. Su teatralidad lo lleva al escenario para capturar el movimiento en todas las dimensiones de su dramatismo expresivo, pero después se encierra en sí mismo y busca hasta descubrir esencias y apariencias que estaban también allí y él insiste en revelar. Es una quijotada todo esto, si se considera que no es una obra para coleccionistas, ni mucho menos, que es más bien un gasto de dinero de parte del creador, una inversión de tiempo y equipo para satisfacer una necesidad de exploración y experimentación. Pero eso es precisamente lo que hace a estos ASUNTOS DEL SER tener mayor validez: honestidad de su creador con ese oficio que escogió y que lo lleva a explorar con las imágenes y las apariencias, allí donde otros simplemente se quedan en el negativo.
Esos Asuntos del Ser, Víctor Hugo Fernández,
"Ancora" La Nación.  8 de Octubre de 1,995.



Poética de la sombras,
"Ancora"  La Nación
Por: Otto Apuy

No debo ocultar que la primera vez que vi las fotografías de Faustino Desinach pensé, entonces, que lo que había allí, en esas geometrías vibrantes e imbuidas de cierta soledad, era pintura contemporánea en su más jugosa expresión. Con mayor atención noté, en el ansia de este artista - en cuyas secuencias zigzagueantes y caóticas se expresaban aspectos urbanos impresos de nostalgia gestualidades precolombinas - casi una poética que apologizaba una muerte, un universo enfermizo, pero de esos que son piedra ámbar y zafiros que aun sostienen el momento único del reflejo de la luz.
Por eso las fotografías de Desinach son fluidas y poco casuales en la velocidad y la creatividad constante, son fluidas y poco casuales en la velocidad y creatividad constante, son flashes sustraídos de la forma en la oscuridad - quiero decir que los negros espacios están des conteniendo la imagen de luz, como agujeros negros - y aquí esta el asunto que hila el desarrollo de estas fotografías: estructuras dinámicas que convergen sobre un punto plano, como la pintura sobre la tela bidimensional; y es cuando sorpresivamente la poética de las sombras esclarece los trozos dispersos de la vida, así como el binomio de la forma adquiere colosales caracteres volumétricos y el caos, en la interacción de las formas, se refleja a si mismo. Como el poeta que apunta en su cuaderno junto al río, mientras su imagen es llevada por las aguas, y él sabe que es mirado desde algún punto.
  ¿Es en alguna medida el marco fotográfico de la memoria?
  ¿Puede el olvido recuperar a poquitos la necesidad del arte?

FOTOLENGUAJE PAISAJISTICO.
La fotografía  de Faustino Desinach se aboca a la interpretación de un universo, reducido a un lente microscópico.
El paisaje muchas veces  -para este artista dos montañas se reducen a dos planos verticales de color magenta que producen un vacío-  es una solución geométrica en estado activo, una especie de química lineal, cuyo objetivo es la misma libertad adquirida por la pintura contemporánea.
El paisaje,  llámesele mise en escene, es la propuesta estética cuya validez se sustenta en la amplia capacidad interpretativa o degustativa de los observadores. Comunicación establece un sitial al cual Desinach nos quiere llevar, nos quiere envolver en sus negativos de lava y carbón, quedemos impresos, sostenidos por el ámbar acrílico-polímero-, oculto, para existir siempre.
Un salto técnico.
En la obra de Faustino, la técnica fotográfica es un mero ejercicio de la imaginación, es la solución del contenido algunas veces. La mente de este artista transita por muchas soluciones de la grafica y la pintura abstracta. El contenido se vuelve estético, pero dejando siempre esa sensación de intocabilidad, por cuanto el soporte que contiene la fotografía esta sin tocarlo con los dedos; esto es pintar con los ojos la poética eléctrica, recurrir a la magia para obtener una revelación que va mas allá de una representación fotográfica, más cercana a una poética de neón y algunos filtros del atardecer, como queriendo recordar sus primeros orígenes, entre sueños de amanecer junto al mar, o a las sombras de los malinches, con un cielo tierno y brillantemente verde, y de cuyas copas cuelgan las cuchillas de las vainas secas, desemilladas, con un ansia de chupar la vida, de ser sustancia y matiz, de ser el mago fotógrafo que inquieta a los seres de su alrededor con un clamor de gran libertad creativa. Este es, por ahora, Faustino Desinach.
Poética de la sombras, Otto Apuy,
"Ancora"  La Nación





LA FOTO-INSTALACION
Por: Leda Cavallini, Invest teatral

"Un día
un poblado de artistas
como una medalla bendecida en el cuello de un río
se trepó a nuestros ojos
muy en alto que no osaba aprender
el vértigo de mis palabras".
De: Ernest Pépin, poema.
Un libro de fotografías aparece ante los ojos poblado de artistas detenidos en "imágenes fijas" y mucha "gestualidad en los rostros. Sin embargo, las palabras parecen escapar en la búsqueda y unión de lo adecuado para una atenta mirada.
Un primer acercamiento remite al espectáculo y entonces el ojo inunda de vestuarios movimientos, maquillaje, luces y representadoras.
Las paginas de su contenido, resumen "imágenes" e "iconos". Hablan de un tiempo y la relación que los une: la historia del espectáculo de Costa Rica. Este punto, hace que se observe a F.D. como organizador de dos practicas culturales: teatro y danza. Unidas ambas a partir de un espacio concreto: Camerino.
El cotidiano de los artistas constituye la semántica del trabajo en conjunto al lado del pequeño lar. Es, sin duda un lugar común previo del resultado de la representación. También, es la perspectiva de la semiótica de los espacios, camerino, designa el centro del edificio teatral. Lo que el espectador no ve, el sitio de espejos, afeites, recreador de estéticas, comportamientos; o tal vez, el resabio de la anciana razón, el sentido de querer convertirse en otros.
Actores, actrices, bailarinas o bailarines ejecutan en "él" su transmutación, los cambios de tela o textura. Reciben allí: satisfacción, críticas, alabanzas, corrección o sin sabores.
Faustino lee con su monóculo identidad mágica las identidades de pasillo, puerta, paredes y espejos, colaborando en la ejecución y estructura de la mimesis humana. Se apega a la madera y al cemento. Construye el ámbito desconocido. El proceso no andado. Recuperando la sombra. Organiza la luz.
Una parte de la enorme sílice que cubre la portada convoca al gnomo bracipequeño a soplar con su tenue boca el hálito embriagador de las estrellas con que el autor puede resolver, además, en su caldero del mago; inercia y movimientos, claridad y oscuridad, desnudez y cobijos, modernidad y antigüedad. Paridades... Disociaciones... Contraste...
Se identifica con "un estilo de hacer fotografías". Un estilo galopando en claroscuro que nutre con su publicación el aporte de estudios sobre la cultura y sus manifestaciones.
Quedan todavía unas palabras finales, aluden a "la escena viviente del hombre" pues "Del camerino a la puesta escénica" es, precisamente una sucesión de escenas vivientes, de ese ser humano, nombrado artista quien no importado si ejecuta o actúa, igual expresa la recomposición de realidades idas pero ahora vivas.
Leda Cavallini, Prof. Universitaria, Invest teatral






16A / Galería, Periódico: La República
Fecha: 26 Abril 1,997.
Comentario sobre el libro
" Del camerino a la puesta escénica".
Titulo: "Los ratos amados"
Por: Ana María Parra Aravena, periodista, La República.

Imágenes que atrapan en blanco y negro los gestos musculares del momento amado recortan un trozo extenso a la realidad imaginaria de Faustino Desinach en su reciente publicación.
Decenas de fotografías recolectadas a lo largo de siete años.
Editado en cinco idiomas, esta armazón de papel, hace honor a la procedencia de los tantos grupos y artistas extranjeros y nacionales que protagonizan esta reciente muestra.
El ojo que rompe, poner en evidencia que "no es necesario salir del país para tener el arte europeo, norteamericano o de cualquier otra nacionalidad" confeso el fotógrafo.
Desde la portada -que retrata dos cuerpos desnudos- esta colección de imágenes que intenta romper con diferentes barreras de la cultura costarricense.
El libro intenta hacer ver que el arte demuestra al individuo en diferentes facetas que no siempre deja ver por la presión que ejerce su trabajo, su familia, la sociedad en general" agrega.
Por: Ana María Parra Aravena, periodista








Libros, Ancora. Periódico: La Nación.
Fecha: 27 abril 1,997.
Comentario sobre el libro
" Del camerino a la puesta escénica"
Titulo: Eternizador del instante intimo"
Por: Aurelia Dobles, periodista, La Nación.

Conjunto de instantes subidos al tren que no cesa -el tiempo- la obra escénica se deshace efímera en el acto de ser -pasando-, salvo si la memoria caprichosa guarda esos instantes, aunque con pinzas veleidosas y perecederas... A no ser... que un otro demiurgo venga a retar a Cronos, aprisione con su ojo el instante y lo vuelva eterno.
Faustino Desinach decidió ser ese voyerista con salvoconducto de entrada al mundo del espectáculo teatral y dancístico, antes y después y en pleno acto escénico.
Gracias a su mirada que busco el atajo de un lente fotográfico, cristalizan las imágenes de un acto artístico  aun antes de penetrar en el camerino, dentro de este, en el ritual maquillaje y del despojo de las ropas cotidianas, y claro en la gota del cielo, o de infierno, que cosechan durante su desempeño escénico.
Todo lo capta Faustino con inquietud de clics que no cesan, y ahora plasma sus encuentros gráficos en un libro de fotografías.
"Del camerino a la puesta escénica" es el testimonio de la comunión del fotógrafo con los artistas  y del intimo develamiento, natural y confiado, que estos le regalan a su lente.

El libro de fotografías se percibe como homenaje al propio creador, con criterio artístico evidente.
Por: Aurelia Dobles, periodista







Viva /5, Culturales. Periódico: La Nación.
Comentario sobre el libro "Del camerino a la puesta escénica"
Fecha: 13 mayo 1,997.
Titulo: "Otro vistazo a los artistas"
Por: Arnoldo Rivera, periodista, La Nación.

Su cámara lo hizo transformarse en un testigo excepcional de ese lugar donde los espectadores nunca (o casi nunca) pueden asomarse.
El fotógrafo Faustino Desinach fue metiéndose cuadro tras cuadro en las intimidades de los intérpretes de las artes escénicas, desde la privacidad del camerino hasta el momento de presentarse en el escenario.
"Te convertiste en un voyeur" le digo. "Pues si, tenés razón" admite con cierta sonrisa de satisfacción (y malicia). Y no duda en ir mas allá: "Mas bien fui un 'terrorista' con cámara".
Una y otra toma. En este trabajo quiero unificar el proceso desde que se entra al teatro hasta que sale la puesta a escena".
Distintos festivales, como el internacional de las artes y el de Coreógrafos, o presentaciones, como la del Ballet imperial de San Petersburgo, fueron captados por el fotógrafo.
La obra forma parte  de una trilogía que el autor pretende culminar "con el fin de que se considere al foto teatro como un género más de la fotografía".
"Con esto quiero romper el mito de la fotografía conservadora. Es un atrevimiento porque no se trata solamente de tomar el espectáculo, sino de involucrarse con los actores que andan por ahí sin inhibiciones, desnudos, bañándose, preparándose para salir al escenario".
"Soy una especie de terrorista que se mete en las intimidad de los artistas, un fantasma que se transforma en parte de lo que sucede en las tablas, o, como voz decís, soy un "voyeur", expresa Desinach.
¿Y por qué esa pasión por las artes escénicas?  "Si la reencarnación existiese, creo que en otra vida fui bailarín o actor.
Sí soy un actor frustrado, por eso me aprovecho en esta vida de mi profesión para conquistar un autorretrato de lo que fui o quise ser", agrega.
Por: Arnoldo Rivera, periodista






Viva /10  Culturales: Periódico La Nación.
Comentario sobre el libro
"Del camerino a la puesta escénica"
Fecha: 4 Agosto 1,997.
Titulo: Registrar la pasión.
Por: María Montero, redactora, La Nación.

Captar el instante y debelar el oficio de la mirada. La fotografía, arte poético de la imagen, se topa de frente con los fantasmas del espectáculo, que cuelgan de las luces y se escabullen bajo los zapatos del público.
La magia irreverente de los escenarios; la energía explosiva de los bailarines y los actores ha sido captada por Faustino Desinach en su libro.
Recopilación del trabajo realizado en los últimos siete años, el libro abarca lo más representativo en las propuestas de danza y teatro que han pasado por nuestros escenarios: desde grupos nacionales y el resto del continente hasta agrupaciones de Europa y Asia. "El fotógrafo está en la obligación histórica de registrar sus pasiones", ha afirmado Desinach. El está lográndolo.
Por: María Montero, redactora





Faustino Desinach


Nace en el ombligo del continente americano, un 28 de agosto con vista al mar (océano pacífico, Guanacaste, Costa Rica),  poco antes del mediodía. Su momento de nacimiento queda marcado en aquel instante en el ordenamiento de la bóveda celeste por una penetrante y poderosa conjunción del Sol con Plutón. Del océano pacífico, brotan sus coordenadas emocionales. Enmarcando la vida de sus sentimientos dentro de una sensibilidad preñada de fertilidad y de imágenes de un contenido social pleno de intensas inquietudes frente a la condición inherente del ser humano.
Vive en matrimonio con la fotografía (pero infiel con la literatura.)

Premio Nacional de Fotografía 1996 – Premio Nacional de Literatura 2011


28 de agosto, Costa Rica. EXPOSICIONES INDIVIDUALES.
1993 - "Arte en Movimiento". Foto pintura, Alianza Francesa, San José.
1994 - "Desdoblamientos". Foto pintura, Banco de Costa Rica.
1994 "Poética de las Sombras". Foto pintura, Banco Nacional de C.R."
1994 - Afiche-catálogo, en inauguración del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, además las nuevas instalaciones del Ministerio de Cultura Juventud y Deportes.

1995 - "Asuntos del Ser". Galería de Arte José Figueres Ferrer.
1996 - "Primero de Mayo - Cuba". Museo del Niño.

- “Presentación del Libro de Fotografías, Alianza Francesa. "Muerte y resurrección del Cisne". Café Galería José Luis López, Teatro Nacional.

1997 - "Del camerino a la puesta escénica", muestra y presentación el libro con el titulo mismo, Café José Luis López, Teatro Nacional.

- "Camerino" Foto-instalación. Galería San José, Municipalidad S.J.

2000 - “FOTOS” Tribunal Supremo Elecciones.
2005 - Funda el MUSEO FOTOGRAFICO CONTEMPORANEO COSTA RICA.
2006 –, LAS ESTACIONES. Foto pintura Alianza Francesa
2007 - NATURALEZA, Museo del Niño. EXPOSICIONES COLECTIVAS

1992 - "Generalidades en Arquitectura". Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica. (Primera Bienal)
1993 - "Salón Nacional de Fotografía". Museo de Arte Costarricense.
1994 - "Otto Apuy - Faustino Desinach". Centro Cultural de México, San José.

–“Galería San José, Municipalidad de San José. Dirección de Cultura.

1995 - "Inicios y Vigencia del Arte Abstracto en Costa Rica".
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.
1996 - "Pos vanguardia y Diseño". Museo de Arte y Diseño.

 - "Re-inauguración de la Casa de Cultura Popular". José Figueres Ferrer. Colectiva con otros artistas.
 - "Homenaje a José Luis López Escarré". Sala Galería, Casa de la Cultura José Figueres Ferrer
 - "El Espíritu de una Colección". M.A.D.C.

1997 - “Octubre - Salón Iberoamericano de Fotografía Contemporánea. Washington, D, C. U.S.A.

 - Noviembre - Fotografía y Pintura
– L. V. Galery, SOHO. New York. U.S.A.
 - Bienal de Escultura, Cervecería Costa Rica. Museo de los Niños. (Instalación, Sin titulo.)
 - “Durante los años noventas reside, trabaja y expone sus fotografías temporalmente en la ciudad de Nueva York, y recorre entre otras ciudades de E.E.U.U. 2000
– “Poemas y Fotografías” con: Jorge Charpentier (PREMIO MAGON) y F. DESINACH. Museo de Arte Costarricense.

2001-2005_Otras exposiciones colectivas Museos Fundación Banco Central C.R. Realizando trabajos como Fotógrafo independiente: - Ministerio de Cultura Juventud y Deportes.

- Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.
- Museo de Arte Costarricense.
- Festival Internacional de las Artes.
- Festival Internacional de Coreógrafos.
- Bienal de Pintura Lachner & Sáenz.
- Suplemento Cultural "Ancora". Del periódico La Nación.
- Galería del Deporte, (Retratos). - Imparte lecciones de fotografía.

PUBLICACIONES INDIVIDUALES - “PRIMERO DE MAYO – CUBA 1996” I.S.B.N. 9977-12-248-2, EDITADO 1996. (FOTO PRENSA)
- “DEL CAMERINO A LA PUESTA ESCENICA” I.SB.N. 9977-12-248-2. EDITADO 1997. (FOTO TEATRO)

- “FOTO INSTALACIÓN CAMERINO” I.S.B.N. 9968-9865 OX. EDITADO 1997.
TEXTOS DE: OTTO APUY (PINTOR). JORGE CHARPENTIER (POETA). VIRGINIA GRUTER (ESCRITORA). ANA IZTARU (POETA). LEDA CAVALLINI (ESCRITORA). SONIA VARGAS (PINTORA), (FOTO INSTALACIÓN). PUBICACIONES LIBROS DE POESIA ITINERARIO SESUAL 1998 COFFE SEX 1999 EL BULEVAR DE LOS INFIELES 2000 PUERTO DE PASIONES 2001

PUBLICACIONES COLECTIVAS
- Portadas para libros literarios, revistas, suplementos, catálogos y reproducciones de obras de arte; nacionales e internacionales, de interés socio-cultural e histórico.
- Libro colectiva de Arte M.A.D.C."EL ESPIRITU DE UNA COLECCION" - Libro colectiva de Memoria "TEATRO NACIONAL DE COSTA RICA"
- Libro colectiva de Memoria "BIENAL DE ESCULTURA C.C.R."

 - Libro colectiva Memoria “Fundación Museos Banco Central de C.R. PUBLICA –



Tel. (506) 8388-6431


Fichas Catalográficas



CR861.44
D457es   
                 Desinach, Faustino
           El escritor y la bicicleta / Escritores y Fotógrafos Contemporáneos. --
           1a. ed. -- San José, C.R.: F. Desinach, 2018.
           200 p.;  14x21.5 cm.

        ISBN 978-9930-9610-4-9

1. Literatura costarricense  2. Novela. 3. Fotografía.  4. Realismo sucio. 
5. Denuncia social.
 I. Desinach, Faustino.  II. Título.


CR863.010.835.38
D457e   
                 Desinach, Faustino
         Efectos personales / Escritores y Fotógrafos Contemporáneos. -- 2a. ed. –
         San José, C.R.: F. Desinach, 2017.
         303 p.;  14x21.5 cm.

         ISBN 978-9930-9610-0-1

  1. Literatura costarricense.  2. Novela erótica.  3. Realismo sucio.  I. Desinach,
  Faustino.  II. Título.


CR861.44
D457b   
                 Desinach, Faustino
           El bulevar de los infieles y otros parajes citadinos  / Escritores y Fotógrafos
           Contemporáneos. -- 1a. ed. -- San José, C.R.: F. Desinach, 2018.
           140 p.;  14x21.5 cm.

        ISBN 978-9930-505-40-3

 1. Literatura costarricense  2. Poesía.  3. Poesía urbana.  4. Denuncia sociaL.
 5. Realismo sucio.  I. Desinach, Faustino.  II. Título.


CR863.4
D457p   
                 Desinach, Faustino
          Perturbados  / Escritores y Fotógrafos Contemporáneos. -- 1a. ed. --
          San José, C.R.: F. Desinach, 2018.
          158 p.;  14x21.5 cm.

        ISBN 978-9930-9610-3-2

 1. Novela costarricense  2. Realismo sucio.  3. Erotismo.  4. Crímenes.
 5. Sociedad.  6. Fotografía.  I. Desinach, Faustino.  II. Título.






890
D457b     
               Desinach, Faustino.
                      Balada clandestina / Desinach, Faustino.
                     --1ª. ed. – San José, C.R.: F. Desinach, 2011.
                          134p.; 8.5 x 5.5 cm.

                          ISBN 978-9968-9865-8-8

                          1. Cuentos. 2. Realismo. 3. Realismo sucio. 4. Sociedad.
                       I. Desinach, Faustino. II. Título.
                                            

Perversos
ISBN 978-9930-9474————


Crimen y lujuria
ISBN 978-9930-505-46-5



FOTO INSTALACIÓN CAMERINO

I.S.B.N. 9968-9865 OX. EDITADO 1997.






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