lunes, 25 de noviembre de 2019

Balada clandestina


Los escritores   Sergio Ramírez Mercado  -   Faustino Desinach




Balada Clandestina

La balada, de transmisión oral, era una composición muy antigua  usada por los juglares en la época medieval y que, con un lenguaje muy sencillo, narraba a historia de gente común y corriente: presentaba acción dramática, diálogos, amor, dolor y emociones.
Balada clandestina, la balada secreta del fotógrafo, poeta y narrador Faustino Desinach, comienza con una interpelación al público al más puro estilo juglaresco y no abandonará este tono a lo largo de las veintidós historias que constituyen el libro, en las que el dramatismo, el amor, el dolor, las emociones, se desbordarán hasta situar a la obra dentro de ese denominado realismo sucio cuyo padre –señalado así por Bukowski-, allá por los años 30, fue el escritor John Fante.

            En Balada clandestina la acción se nos presenta como si sucediera delante nuestro, una serie de fotografías en las que será el ojo del lector - y no la cámara-  quién deba construir la historia, hermanado, así, el relato con la Historia del Ojo de Bataille.
 Porque Desinach nos regala sus historias cotidianas sin cerrar, con un lenguaje sencillo y un mínimo de recursos estilísticos, influidas por el realismo sucio de factura norteamericana; la obra cuenta, además, con la originalidad del mundo que refleja y en el cual se ubican los relatos: un país de la América latina donde las raíces indígenas permanecen bien presentes. El ámbito mágico que trae consigo la lluvia, por ejemplo, rinde tributo a la herencia hispanoamericana.

            El amor en la distancia de Vinicio y Berenice –una unión ancestral que se vive en presente-, los “siete muertos” que acompañan al protagonista, los niños abandonados, el cementerio, Sor María Romero, las prostitutas  adolescentes, un clérigo travestido, varios sicarios, la fotografía de la madre, el policía proxeneta, Beatrice, dos cocodrilos, la coca, la guija, el océano Pacífico como bello mar de fondo, los profanadores de tumbas, los sueños de Vinicio del Gato, los fotógrafos de la playa, el asesinato de la “Tía Mala” a manos de dos menores, el pastor que frecuenta prostitutas de doce años, la toma de París, Madeleine…
... todo ello va cobrando forma en las páginas de forma sencilla y directa, salpicado por la peculiar sintaxis del protagonista y también narrador de la mayoría de las historias: Vinicio del Gato que, con su gorra de pelotero y sus seis dedos en cada pie, encarna simbólicamente las dos Américas y encadena al realismo sucio con el realismo mágico. Faustino Desinach siempre ha dicho que su relación con la fotografía es de absoluta fidelidad, mientras que su relación con la escritura es como la de una amante. Fidelidad y pasión: precisamente eso, es lo que el lector encontrará en esta Balada clandestina.
Montserrat Doucet
En Aranjuez Madrid, España , 10 de marzo de 2011

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